El Obispado de Cádiz y Ceuta ha emitido dos decretos con los que configura el futuro de la Hermandad de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos y con los que evita la extinción de la hermandad, tras convocarse dos cabildos de elecciones, a los que no concurrió candidatura alguna.
Tal como publicó este medio en su edición dominical, ha sido nombrado José Manuel Rivera Barrera, presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías como nuevo comisario de la gestora de la hermandad, que estará compuesta por los miembros de la Permanente del Consejo.
El decreto del Obispado de Cádiz y Ceuta, que hace referencia al 30 de mayo de 2011 en el que se nombró comisario a Antonio Sánchez Cepero y junta gestora, destaca el gran esfuerzo del comisario y del director espiritual de la hermandad por normalizar la vida de la hermandad. El decreto de nombramiento de José Manuel Rivera Barrera como comisario, establece también la necesidad de convocar un cabildo de hermanos para informarles de este decreto, en el que se da un año para normalizar la vida de la hermandad.
Una normalización que pasa por convocar un nuevo cabildo de elecciones, al que no podrán presentarse los miembros inhabilitados en 2011 para poder presentarse a la junta de gobierno de la hermandad, en base a su actitud con el párroco de San José Artesano, algo que deja claro el decreto.
Asimismo, el párroco de San José Artesano hará entrega de los bienes y documentos de la hermandad, a la nueva junta gestora.
De la misma forma, otro decreto del Obispado de Cádiz y Ceuta, en esta ocasión de la Vicaría General del Obispado se secreta el traslado de la sede canónica de la Hermandad de Penitencia de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos, hoy se ha comunicado también al Consejo de Hermandades y Cofradías el Decreto de la Vicaría General del Obispado por el que se traslada la sede canónica de la Hermandad de Penitencia de Nuestra Señora del Rosario en sus Misterios Dolorosos desde la Parroquia de San José Artesano a la iglesia Mayor de San Pedro y San Pablo, nombrando como director espiritual de la hermandad a Jesús Guerrero Amores, párroco.
