El Real Teatro de Las Cortes, que estuvo prácticamente lleno para la ocasión, albergó la celebración del acto central del 24-S con la entrega del VII Premio Cortes de la Isla de León, que en esta edición ha sido concedido a título póstumo al que fuera presidente a la Transición Española Adolfo Suárez González, fallecido el pasado mes de marzo. La imposibilidad de que algún representante de la familia se desplazase hasta La Isla para recogerlo hizo que fuese finalmente José María Otero Novas, ministro de la Presidencia y de Educación con Suárez, el que lo hiciese en representación de todos ellos.
El Premio de las Cortes de la Isla de León fue instaurado en el año 2002 y ha sido entregado a Su Majestad el Rey don Juan Carlos; a los padres de la Constitución Española de 1978; a las ciudades de Cádiz y Madrid -ésta última contó con la presencia en La Isla del por aquel entonces Príncipe Felipe-; en el 2010 a los Parlamentos de Argentina, Colombia, Chile y Méjico; y hace dos años al Parlamento Europeo.
La encargada de conducir el acto en esta edición de 2014 fue la periodista isleña Paz Santana y la primera intervención corrió a cargo de la presidenta de la Academia de Iberoamérica de Cádiz, la isleña María de Cózar, que se encargo de leer un fragmento de los Episodios Nacionales de Benito Pérez Galdós. Posteriormente, tomó el estrado el teniente de alcalde de Presidencia, Daniel Nieto, para glosar la figura del homenajeado Adolfo Suárez.
El momento cumbre llegó con la entrega del premio por parte del alcalde isleño, José Loaiza, al ex-ministro José Manuel Otero Novas quien, por cierto, una hora antes del inicio del acto institucional en el Real Teatro de Las Cortes había estampado su firma en el libro de honor del Ayuntamiento en el Museo Histórico Municipal.
Su discurso
Otero Novas se postró ante el respetable para descubrir la faceta humana de Adolfo Suárez, con el que compartió tantas y tantas horas y por el que, hoy día, “mantengo intacta mi admiración y, sobre todo, mi amistad”.
El ex-ministro de Presidencia recordó que el fallecido presidente Adolfo Suárez fue el encargado de “comandar la Transición” en España, “venciendo las inercias y resistencias de no pocos y de aquellos que pidieron en Europa que condenasen el proyecto de Suárez. Suárez no era neutral procedía de una de las Españas que quería reconciliarse. Se jugaba el pelotón de fusilamiento si erraba. Pero triunfó”.
Añadiendo que “el mensaje de ilusión y esfuerzo, el éxito conseguido y al final el de la sociedad española. Sin embargo hoy cuando esos acontecimientos están en la historia tenemos el deber de la gratitud. La ciudad de San Fernando, ligada como Suárez al inicio de etapas gloriosas, hacen justicia, lo que deberían hacer siempre las autoridades, y a la vez exaltan su gran categoría moral como pueblo”.
“Fue un hombre hecho a sí mismo, un triunfador sin complejos al contrario, capaz siempre de agradecer a todas aquellas personas que le ayudaron en aquellos difíciles momentos”, apuntaba José Manuel Otero Novas, afirmando que “lástima que ya no esté entre nosotros, no solo para darnos lecciones políticas, sino para conocer su transparente visión sobre la vida, el dolor y la esperanza”.
Por todo ello, “hoy tenemos el deber de recordar y rendirle un tributo de admiración”, señalaba el ex-ministro porque “al final de 40 años en los que los que protestaban y los aguareros divididos por el franquismo pronosticaban sangre, revancha y represión, vieron como Adolfo Suárez fue capaz de lograr un viejo sueño de regeneración, logrando reunir a las dos Españas para el símbolo de la corona”.
Discurso del alcalde
Por su parte, el alcalde de la ciudad, José Loaiza, destacó de Suárez que para hacer tuvo que deshacer primero. “Ni la decadencia de las instituciones del anterior reÌ
