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San Fernando

¿Qué es un pregón? ¿Y tú me lo preguntas? Eso es un pregón, Selu

El vigésimo quinto pregón del carnaval de San Fernando pasará a la historia como el pregón de la lluvia pero también como uno de los mejores que se han podido disfrutar desde que comenzó a abrir las fiestas.

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Se lo ganó a pulso pregonando bajo la lluvia,  cantando bajo la lluvia, en el vigésimo quinto pregón del Carnaval de La Isla que va a ser el Carnaval de la lluvia. Y se lo mereció el público de San Fernando -y los que estaban de fuera- que no se movió de las sillas o de los resguardos que consiguieron precisamente los que no tenían sillas, a pesar de que en algunos momentos el agua que caía era mucho más que un calabobos.

Vaya pues por las dos partes para celebrar el pregón del Carnaval por todo lo alto. Por que era lluvia lluvia, de la buena y además racheada, de esa que aunque se ponga el paraguas en la coronilla se sale mojado.

Selu comenzó con su chirigota de 2012 ¡Viva la Pepi!, con el tipo de su chirigota porque llegó solo al escenario. De limpiadora del Oratorio de San Felipe Neri, sin que le faltara un detalle, con ese cigarro que se gasta solo pero que por arte de magia no se le cae la ceniza, misterios del carnaval. Y dejó limpia La Isla, la repasó de arriba abajo, con el tranvía, claro; con la fuente La Mohosa...


Hasta que salió el resto de la plantilla de la contrata de limpieza y cambió la palabra por el cante, ese que consiguió el tercer premio en el concurso del Falla de este año, que hace mucho tiempo que El Selu no gana primeros premios, pero siempre es el Selu.

José Luis García Cossio reapareció de debajo del disfraz de 2012 para convertirse en uno de Los lacios -de cuando sí ganaba primeros premios- y explicó cómo fue su mili, sus peripecias de juventud, su innata inteligencia y su vocación de artista.

Y de nuevo salieron el resto de Los lacios para cantar al respetable, ese que cuando El Selu decía que hacía tiempo que no ganaba en El Falla le gritaba que era el mejor.

Pero tenía más sorpresas. Clásico entre los clásicos, los únicos capaces de cantar Los duros antiguos bien, no como el resto de la gente que lo canta al revés. Aunque reconoció que se puede cantar bien y viceversa.
 

Los borrachos es de “cuando muchos de ustedes no eran jóvenes, sino chicos”, pero es una de las chirigotas que forman parte de la gran historia del Carnaval.

Y también la chirigota Lo que diga mi mujer, esa con la que se casó y el muñequito de la tarta ya llevaba dos bolsas debajo del brazo.

Y por último, Los enteraos, para que no faltara de nada, para que todos aprendieron a pescar en esa plaza del Rey en la que de vez en cuando escampó y El Selu pidió un aplaudo “ahora que no tenéis el paraguas en las manos”. Y cuando sonó ese aplausó reconoció que “ha sido el gran aplauso de la noche”.

El Selu y su chirigota, El Selu y sus amigos habían dado el pregón del Carnaval de La Isla, el vigésimo quinto pregón y el Ayuntamiento quiso que recordara esta ocasión haciéndole entrega de un cuadro con el cartel. El alcalde, José Loaiza y la delegada de Fiestas, Cristina Arjona, sobre el escenario.

Antes, las 19.30 horas se había procedido a la proclamación e imposición del Antifaz a la Colombina Mayor, Paola Guerrero, y su corte carnavalesca. Lo hicieron las propias colombinas hasta que la presentadora, Mayte Rodríguez Labandón, llamó al escenario al Pierrot Honorífico -y a título póstumo- Manuel Barea Nieto, que recogió un familiar; al Pierrot de Plata, el coro Colorín Colorao y al Pierrot de Oro, Juan Aragón Sánchez El Gallina.

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