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El baile en el Parque cierra los grandes espectáculos públicos

La academia de Lucía Moreno, Paula Sierra, Caramelo de Francia y Macarena Ramírez fueron las cuatro propuestas de la organización de La Isla ciudad flamenca.

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El festival La Isla ciudad flamenca terminará como comenzó, con flamenco en la calle, concretamente en la calle Las Cortes, en el balcón del Güichi del loro rojo. Pero será el miércoles 31 porque la organización de estos 42 días de flamenco apura el mes aunque sea entre semana.

Pero anoche fue la del baile, la que se celebra cada año en el Parque Almirante Laulhé o para ser más exactos, al que se celebra por tercer año y que ha contado con artistas ya hechos, artistas de academia, músicos magníficos y no tanta gente como se esperaba en un día en el que el levante se fue. Y llegaron los mosquitos.

Macarena Ramírez estaba llamada a cerrar la noche como primera figura, mientras que una niña, apenas, entraba en la mitad del espectáculo demostrando por qué se fijó en ella Antonio Canales y acompañada, entre otros, por El Trini, que había mucha gente que echaba de menos que no haya estado este año en el festival.

La noche la abría la escuela de baile de Lucía Moreno, aire fresco para el baile y semillero de buenas baiolaores. Y de buenos bailaores. De ahí los frutos, que prácticamente todos han nacido de la abnegación de un profesorado que además de hacer su trabajo, echan horas extras no remuneradas porque sus cuadros y solistas sean los mejores.

Paula Sierra es bailaora a la que le queda camino por recorrer y ella lo sabe, que es lo importante. Tiene catorce años. Se le nota en la cara como se le nota la madera de la que está hecha. No duda en utilizar las coreografías en momentos puntuales, que en contra de lo que opinen algunos, supone un aprendizaje añadido al del bailaor o bailaora solista, por la dosis de disciplina que conlleva. Tiene desparpajo y por detrás toda una orquesta que convirtió el Parque Almirante en un regalo para los sentidos.

Al Caramelo de Francia no llegamos a verlo porque el cierre de la edición de prensa apremiaba, pero nos han prometido material gráfico para que los lectores lo vean y juzguen. Desde luego, no es el nombre más flamenco que se puede encontrar, por eso de nombrar al país vecino. Si embargo la gente del flamenco sabe que en Francia no sólo hay una gran afición, sino que en muchos aspectos ya la quisiéramos aquí los españoles.

Y no es ninguna exageración. Por poner un ejemplo, y además del gran festival de Mont de Marsan, que se ha celebrado recientemente, en Francia están las pocas casas de discos que siguen grabando flamenco a la antigua usanza. Queda dicho, pues, aunque eso no es definir al Caramelo de Francia. Que es la historia que hemos contado antes.

Pero lo dicho. Esto toca a su fin aunque este domingo estarán en el Zaporito Rafael Vargas y Manuel Lucas a partir de las diez de la noche y este lunes, si no hay contraorden, la Escuela de Cante de la Peña Camarón de la Isla estará actuando en su sede del parque Sacramento.

El martes, según el programa, hay actuación de coro de la Peña Camarón en su peña a las diez de la noche y la despedida el miércoles 31 a la misma hora. La gente de La Isla ciudad flamenca se lo ha trabajado, ha tenido que lidiar con los cambios lógicos en tantos días de actuaciones -si hubiera dinero para pagarles a todos no fallaba ninguno- pero han salido airosos un año más.

El festival, además, se conoce fuera de las fronteras y en el lento camino hasta consolidarse está la perseverancia y la ayuda, por ahora al menos, de las administraciones. Algunas veces, simplemente no estorbando, pero mejor que colaboren de forma activa.

El año que viene será el Año Camarón y La Isla ciudad flamenca tiene una oportunidad única para levantar el vuelo más de lo que le correspondería a una cuarta edición. Sólo es de esperar que todo lo que se haga en 2017 lo hagan los que saben, como dijo una vez el presidente de la Academia de San Romualdo, José Carlos Fernández Moreno.

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