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San Fernando

¿Por qué todos dicen árboles cuando quieren decir Varela?

Tanto los que hablan sobre plaza del Rey como los que no quieren mentar a la bicha saben que el concepto pasa por un espacio diáfano donde no cabe un caballo.

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  • Estatua de Varela, la polémica. -

Para gustos los colores. Es verdad que quizá las infografías publicadas por el equipo de Gobierno sobre la remodelación de la plaza del Rey no sean muy afortunadas mezclando elementos antiguos con modernos.    

Y posiblemente esa sea la intención con el fin de “modernizar” el centro de la ciudad, aunque partan con la certeza de que a la mayoría de la gente de San Fernando no les gustan según qué combinaciones.    

Tal vez los proponentes piensen que puede ocurrir como con el toldo en la fachada del Ayuntamiento, que motivó rechazo cuando se colocó con un color  mucho más estridente que el elegante que ha quedado -o no, para gustos los colores- y ahora ya no se escucha casi nada.    


La remodelación de la plaza del Rey, como concepto y tratándola en estos inicios como un puzzle en el que se pueden cambiar las piezas en función de esa participación ciudadana que se ha mencionado desde el principio, que la habrá, se refleja a la perfección en las infografías. Pero como concepto.    

El problema puede ser que al querer adornarla se haya destapado la caja de los truenos, los ciudadanos opinen por las redes sociales todo tipo de rechazos -y algunos aplausos- y los partidos políticos lo utilicen de forma torticera, como el Partido Popular o con los dedos cruzados, como Ciudadanos.    

El Partido Popular, por ejemplo, sabe que el dinero para la remodelación se podía haber destinado a otros menesteres, como obras en barriadas que es la forma más demagógica y efectiva que se puede usar en estos tiempos preelectorales.    

Pero el Partido Popular sabeque el millón doscientos mil euros que se ha adjudicado a través de los Fondos Europeos del Programa de Regeneración del Espacio Público Urbano han llegado para el entorno de la calle Real y el Gobierno local lo ha destinado a ese proyecto en concreto en cumplimiento de su programa electoral. O sea, que el dinero ya tiene proyecto en el que gastarse.

Son otros tiempos

Y volviendo al concepto, que es de lo que se trata porque lo demás es accesorio, la idea no es ni más ni menos que reconvertir la plaza en lo que realmente es, una plaza real que son las que preceden a edificios monumentales y en las que tenían lugar las ceremonias reales, los cambios de guardia y las concentraciones de tropas. O esa, absolutamente expedita. Diáfana.

Bien es cierto que en el Ayuntamiento no vive ningún rey, no hay cambios de guardia y que las tropas se concentran en la población de San Carlos. Las que quedan, que no son muchas.    

Pero ahí sigue estando el edificio majestuoso del Ayuntamiento rehabilitado que debe lucir en todo su esplendor, sin que absolutamente nada distraiga su vista y convirtiéndose además en un lugar de citas importantes porque cuenta con una escalinata que se convierte en el escenario más decoroso que puede tener una ciudad.    

Los árboles de los lados tal y como están apenas si quitan visión más que a los edificios a juego a ambos lados del Ayutamiento, por lo que en esa fase de participación pueden quitarse o no.    

Las palmeras sí estorban a la vista y a cualquier uso festivo que se le pueda dar y desde luego lo que no casa con el concepto aunque no contravenga -cuestión de fechas- la Ley de Memoria Histórica -alguien tiene que evacuar un informe que no termina de evacuarse (no piensen mal)- es lo que realmente no ha salido a la palestra y es lo que quieren decir los partidos que han hablado y los que callan para no hablar.    

De lo que se trata es de no mentar la bicha, porque es tema controvertido y nadie puede esperar que algunos partidos estén dispuestos a permitir que desaparezca de la plaza del Rey la estatua ecuestre del general Varela, para unos un héroe local y para otros un golpista.     El equipo de Gobierno -al menos los socialistas- no se han escondido y pudiendo haber dejado el proyecto sobre la mesa se han arriesgado a sacarlo y levantar polémica.    

Ahora queda esa etapa en la que el Gobierno -a todo esto, si después del mediados de junio sigue siendo el mismo- saca a participación pública el proyecto para que se personen los 30 ó 40 interesados de siempre mientras los demás sigue usando las redes sociales como participación. Ojo, una participación pública obligada por las bases del programa europeo, independientemente de que el Gobierno socialista sea muy participativo para lo que quiere.    

Las pérgolas, si quitan los árboles, pueden ponerse de estilo isabelino que tanto gusta en La Isla y los toldos de cemento para que no se los lleve el levante.Y luego habrá que decidir qué se hace con los chorritos. Esos que salen de abajo hacia arriba y te refrescan en verano...   

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