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"El confinamiento ha hecho que las familias noten la falta de espacio flexible"

"Hay que volver a repensar la vivienda y reutilizarse los bloques, las cubiertas, tener espacios de esparcimientos y que las propias casas tengan terrazas".

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Un periodo de confinamiento prolongado que ha obligado a las familias a vivir en su realidad y otras medidas que se venían estudiando por el cambio climático que tiene fecha límite -si no se remedia o amaina- para llegar al punto de no retorno. Esas son dos de las claves que tienen sobre la mesa los arquitectos que en la construcción son los filósofos de las estructuras.

Una sociedad acostumbrada a vivir en la calle y tener su vivienda para pernoctar o pasar sólo una parte del día se ha visto de la noche a la mañana abocada a ver las carencias que tiene, tanto estructurales como coyunturales y ha dejado al descubierto tanto sus debilidades como sus necesidades de cara a una situación que casi con toda seguridad va a ser cada vez más frecuente. Sobre todo si no se puede alargar o conjurar el punto de no retorno. 

Así piensa sobre el tema Isabel Suraña Fernández, decada del Colegio de Arquitectos de Cádiz.

"Estamos en una grave crisis social y urbanística pero de origen sanitario. Eso nos lleva a replantearnos los problemas coyunturales y estructurales que tienen ahora mismo las viviendas y las ciudades".

"Hemos vivido tan aceleradamente después de los desarrollos industrial y tecnológico que no se ha pensado en unas necesidades que los arquitectos llevaban demandando durante mucho tiempo. En el momento en que una serie de familias de mayor o menos tamaño ha estado conviviendo en su casa y se han dado cuenta de que no tenían espacio flexible, salidas al exterior, con habitaciones sin ventilación, sin iluminación… Hay estudios que dicen que un 7% de las viviendas españolas con completamente interiores, que es una aberración…"

"Las viviendas hasta ahora no se habían planteado como algo necesario, sino como algo económico que sirviera para cosas muy concretas, mientras que ahora hay una nueva visión de cómo tienen que ser las viviendas, sobre todo cuando estamos en bloques con gran número de viviendas, apartamentos más pequeños o que no hay espacios comunes.

"Hay que volver a repensar la vivienda y reutilizarse los bloques, las cubiertas, tener espacios de esparcimientos y que las propias casas tengan terrazas y espacio exterior en vez de ocuparlo todo. Es necesario porque es salubre y cumple con los criterios de salubridad".

"El virus ha incidido más las zonas más densidad de población pero no es el único parámetro. Ciudades con gran densidad de población como Seúl han tenido menos incidencia que otras con menos densidad porque también depende de la cómo se controla política y socialmente.  Ciudades ventiladas, como es nuestra zona de la Bahía de Cádiz ha propiciado que haya menos contagio. Muchos de los casos no han sido aquí, nos los han traído. Mientras más aire libre haya, menos virus. Van unidas la gestión y la densidad de población".

"Los arquitectos estamos preparados y hay gente con un gran potencial para hacer cosas estupendas pero que chocan con un constructor que demanda una vivienda muy económica, muy rápida… La mentalidad de las personas está cambiando y ahora sabemos lo que queremos, viviendas con calidad, ventiladas, soleadas, con espacios libres donde estar en el exterior. Hasta ahora está el arquitecto, el promotor y la normativa urbanística. Ya la demanda será la que mueva el mercado".

"Hay muchas personas que se están marchando a espacios abiertos. Lo que más se está vendiendo en las inmobiliarias son áticos o chalés y esos cambios ya se están proponiendo por parte del promotor, privado o público. Ahora falta que el marco normativo abra un poco el ratio. Mientras las normativas estén tan consolidadas, en una actuación en un centro histórico apenas tiene margen para hacer cosas. Dentro de una lógica, unos parámetros lógicos para no hacer barbaridades, han que dar margen para ampliar la forma de trabajar y las posibilidades de recuperar una terraza que no tenía accesibilidad, un patio para reconvertirlo en una zona de uso… No es malo que exista una normativa, pero debería tener cierto margen".

"Hemos visto que las ciudades están hechas para los coches. Cuando no se han podido mover los coches las ciudades han estado desiertas porque no son de escala peatonal. Tenemos que reconvertir todo en escala peatonal para que la ciudad la utilicen las personas".

"El modelo de ciudad de Chiclana con mucho término municipal y diseminado no es sostenible porque hacen falta vehículos para llegar a cualquier sitio. En San Fernando tenemos una buena escala de ciudad y podemos trabajar en las tendencias nuevas que se están estudiando. Nuestro modelo es un modelo de ciudad ideal pero tiene que funcionar como ciudad para que la gente se quede y aproveche los espacios públicos".

"En San Fernando es muy fácil trabajar en las nuevas tendencias que se están estudiando como es la gran manzana, construir un núcleo donde a una escala peatonal de quince minutos puedas llegar a cualquier punto, que se descentralice el núcleo en varios núcleos… Tenemos las condiciones para conseguirlo pero hace falta que los los planeamientos apoyen las iniciativas, que haya un urbanismo táctico y a largo plazo que también lo plantee y aprovechar las nuevas leyes que ya nos llegan".

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