Puso sus ahorros y sus ilusione en este bar de copas de la calle José López Rodríguez que lleva el nombre de uno de los cómicos más famosos de todos los tiempos. Pero no es una situación cómica sino terriblemente dramática para Miguel, el propietario que ha tenido la mala suerte de que una vez terminado el local comenzaran esas obras de pavimentación del entorno del Ayuntamiento que iban a durar pocos meses.
A eso se le une una pandemia que parte por medio las expectativas de muchos hosteleros, aunque las de Miguel ni siquiera están pendientes de los raros horarios que pone la Junta de Andalucía para luchar contra la Covid-19.
Muchas llamadas a la delegada de Urbanismo, Claudia López, una vez que la calle quedó expedita, porque los primeros meses estaba ocupada por las nuevas losetas como se ve en la foto de abajo.
Una vez que ya se podía transitar, el problema -contestaban desde Urbanismo- es que la calle “está en un proceso de obras, por eso desde Patrimonio no podemos autorizar legalmente una ocupación aunque queramos”. O sea, que la pandemia que no permite el consumo en el interior se una a no poder colocar mesas en el exterior porque ese tramo no está recepcionado. (Parece que un poquito más adelante, sí).
El Ayuntamiento buscaba una fórmula para con Urbanismo para poder recepcionar la obra por tramos y que Miguel abriera por fin su negocio.
Y ahí estás las cosas. Dos años después de una ilusión hecha añicos, una pandemia por medio y un procedimiento administrativo enquistado mientras que las obras ahora en la delantera del mercado siguen su largo y tedioso curso.