La Asociación Local de Ayuda al Toxicómano (ALAT) ha anunciado que el próximo día 15 de noviembre se celebrará el Día Mundial Sin Alcohol, y la entidad pretende impulsar con este día "una reflexión sobre los efectos del consumo de esta sustancia". Además, continúa con su labor en los distintos centros escolares de la localidad impartiendo talleres de prevención y tratando de concienciar a los jóvenes del peligro de esta droga, "que aunque legalizada, es la que más problemas sociales está acarreando debido a que no la percibimos como tal".

ALAT, como entidad federada a UNAD (Unión de Asociaciones y entidades de atención al Drogodependiente), ha firmado recientemente un manifiesto contra el consumo de bebidas alcohólicas por menores, que incluye los siguientes objetivos: evitar toda comunicación, información, publicidad o promoción comercial que relacione el consumo de bebidas alcohólicas con el éxito social o sexual, con la mejora del rendimiento físico o que induzca al consumo de alcohol por parte de los menores de edad, u ofrezca una imagen negativa de la abstinencia o de la sobriedad. También se evitará toda publicidad o información que subraye como cualidad positiva de una bebida su alto contenido alcohólico.

Otro de los objetivos es involucrar y responsabilizar a los medios de comunicación, redes sociales y medios televisivos, en la información sobre los perjuicios del consumo de alcohol por parte de los menores de edad. También deberán establecer medidas de control para evitar que los espacios televisivos dirigidos a menores incluyan publicidad sobre bebidas alcohólicas.

UNAD también quiere dotar de recursos a las familias y a los entornos sociales del menor para incrementar la percepción del riesgo asociado al consumo de alcohol en estas etapas, así como estimular la autorregulación en esta materia entre los productores, los distribuidores y los expendedores de bebidas alcohólicas.

Se luchará por desarrollar campañas públicas de educación y prevención enfocadas a evitar el consumo de alcohol por menores de edad, detectando los factores de riesgo y potenciado los factores de protección, ademas de educar en hábitos de salud e informar adecuadamente, desde todos los sectores, con especial incidencia por parte de las administraciones públicas sanitarias y educativas, y desde edades muy tempranas, sobre las consecuencias derivadas del consumo de alcohol en menores, diseñando junto a educadores y agentes sociales programas de prevención del consumo de alcohol en menores en el ámbito escolar.

También es crucial fomentar hábitos de vida saludables y la práctica del deporte, así como actividades creativas y artísticas, e impulsar y dar a conocer la oferta pública de actividades de ocio para menores (principalmente deportivas y culturales), alternativas al consumo de alcohol en este colectivo. Para todo ello, es necesaria la cooperación entre todos los agentes implicados para promover la responsabilidad y prevenir las prácticas ilícitas de venta de alcohol a menores, además de diseñar estrategias y planes de trabajo con el objetivo de establecer el consumo cero de alcohol entre menores de edad.