Con 17 años salió de Sanlúcar de Barrameda convencido de hacerse un hueco en el mundo de la investigación. Diez años más tarde, el sanluqueño Arístides López acaba de recibir el Premio Europeo de Endocrinología de Jóvenes Investigadores por un trabajo sobre la glándula tiroides .
Acaba de recibir el Premio Europeo de Endocrinología de jóvenes investigadores, ¿cómo lo valora?
—La verdad es que fue una sorpresa cuando me concedieron dicho premio en el ultimo Congreso de la Sociedad Europea de Endocrinología que se ha celebrado en Munich hace unos días. Desde luego es un honor, ya que la Sociedad Europea de Endocrinología es una institución muy importante a nivel europeo y mundial en este ámbito. Además es una alegría enorme tras estos años de trabajo en el laboratorio, y en cierta manera tambien un reconocimiento a mis padres y mi familia que tanto se han esforzado y me han ayudado. Así mismo considero que es un reconocimiento a la Investigación en biología molecular y a todos los jóvenes que, con mucho esfuerzo, nos dedicamos a este campo.
¿Sobre qué trata el trabajo que ha sido premiado?
—Mi trabajo en el laboratorio del Instituto de Investigaciones Biomédicas "Alberto Sols" del CSIC y la Universidad Autónoma de Madrid, bajo la dirección de la Dra. Pilar Santisteban, trata sobre la regulación molecular y genética del desarrollo embrionario de la glándula tiroides.
En este sentido hemos hecho un descubrimiento novedoso sobre un gen, llamado Sox9, que parece según los datos que hemos obtenido, estar implicado en los procesos de desarrollo y diferenciación del tiroides.
Esto puede tener en el futuro una aplicación a la hora de detectar causas genéticas de graves patologías como el hipotiroidismo congénito o en cáncer de tiroides.
Cuéntenos algo sobre usted, formación, edad, en qué trabaja actualmente, por qué estudio bioquímica, dónde…
—Soy natural de Sanlúcar de Barrameda y tengo 27 años. Mis estudios de educación básica los desarrollé en el Colegio Princesa Sofía y el Instituto Juan Sebastian Elcano. Guardo muy buen recuerdo de ambos centros, donde tuve excelentes profesores, aunque cabe destacar la influencia que tuvo en mi la profesora de Biología, Aurora, que tuve en 2º de Bachillerato, que me hizo ver la Bioquímica de una forma muy atractiva e interesante. Por ello, comencé la Licenciatura en Biología en la Universidad de Sevilla. En 3º me trasladé a la Universidad Autónoma de Madrid donde finalmente me licencié en Bioquímica en el año 2011. A continuación cursé un Máster en Biomedicina Molecular en esta misma Universidad. Desde entonces estoy desarrollando mi tésis doctoral, que tengo prevista acabar el próximo año, en el laboratorio de la Dra.
Pilar Santisteban en el ámbito del desarrollo y diferenciación a nivel molecular de la glándula tiroides.
Por lo que tenemos entendido vive usted en Bruselas. ¿Por qué tuvo que salir de España?
—Realmente no vivo en Bruselas. Estuve alli 3 meses, desde enero a abril de este año, desarrollando una estancia temporal en otro laboratorio como parte de mi formación en el Doctorado. Fue algo temporal, pero muy beneficioso tanto a nivel profesional y científico, ya que pude aprender nuevas técnicas y formas de trabajar, como a nivel personal por la experiencia vivida y las personas que conocí.
¿Echa en falta ayudas para investigadores en España?
—Desde luego la situación es lamentable, sobre todo para los jóvenes investigadores. En mi caso tengo la suerte de tener un contrato por la Universidad Autónoma de Madrid para desarrollar mi tesis doctoral, aunque me costó un gran esfuerzo poder acceder a él, debido a las duras condiciones de expediente y de curriculum que exigían. Sin embargo soy consciente de que la situación es terrible, ya que con la excusa de la crisis económica se han hecho grandes recortes en ayudas a la investigación en nuestro pais sobre todo en los últimos 5 años. Es una situación ridicula, ya que los jóvenes investigadores españoles somos muy valorados fuera de nuestras fronteras por nuestra excelente formación y preparación. Es realmente triste que tras años de formarnos en la educación pública de forma excelente tengamos que desarrollar nuestro trabajo fuera de España. En mi caso, aunque ahora mismo trabajo en Madrid, no descarto que en un futuro tenga que irme al extranjero, lo cual puede ser una buena experiencia profesional y personal, pero siempre y cuando tengamos la oportunidad de volver algún día, cosa que actualmente es muy dificil.
¿Vivió en Bruselas los atentados del pasado mes de marzo? ¿En qué medida ha influido esta circunstancia en su estancia fuera de España?
—Efectivamente me encontraba en Bruselas en ese momento. Además se dio la circustancia de que fue en la misma linea de metro que cogía cada día para ir al laboratorio y en la parada justo de antes. Realmente fue algo muy triste y desagradable y fueron unos días duros. Afortunadamente a mi no me pasó nada y al final piensas que la vida sigue y que hay que seguir adelante.
¿Qué añora de Sanlúcar al tener que vivir fuera por trabajo?
—Llevo fuera de Sánlucar ya 10 años, pero realmente sigo sintiéndome muy vinculado a mi ciudad. Alli están o de allí son mis amigos de toda la vida y mi familia, que al final es lo que mas se echa de menos. Sin embargo intento ir siempre que puedo. Sobre todo intento no perderme la Feria, a poder ser la semana entera, la playa en verano y las carreras de caballos en agosto. Como sanluqueño que soy intento disfrutar al máximo de Sanlúcar y mi gente cada vez que voy.