Acusado de apuñalar a su expareja dice que estaba bebido y perdió la cabeza

Publicado: 11/01/2021
La víctima relata al juez que el investigado "no quería aceptar la realidad", que la tenía "muy agobiada" porque no le dejaba ser "libre"
La Sección Cuarta de la Audiencia de Sevilla ha acogido este lunes un juicio contra un varón de nacionalidad nicaragüense acusado de intentar asesinar a su pareja de la misma nacionalidad a cuchilladas el 26 de julio de 2019 en Gelves, una sesión en la que el investigado ha alegado que acudió al encuentro de la mujer para reclamarle una "explicación" sobre si estaba "enamorada de otro" y, tras haber bebido gran cantidad de cerveza, perdió "la cabeza" y apuñaló a la mujer, aunque sólo en una ocasión según su versión de los hechos.

Los hechos se remontan al mes de julio de 2019, cuando el acusado, un varón nicaragüense de entonces 42 años de edad, apuñaló con un cuchillo a su entonces pareja sentimental, de 26 años de edad y la misma nacionalidad, en una vivienda de la plaza Duque De Alba de Gelves donde ella trabajaba como interna al cuidado de unas personas mayores.

La joven resultó herida de carácter grave, fue intervenida de urgencia en el hospital Virgen del Rocío y estuvo en coma inducido en la unidad de cuidados intensivos (UCI), entregándose finalmente el acusado en la comisaría de la Policía Nacional de Blas Infante de Sevilla capital, donde reconoció la autoría de los hechos.

Durante la vista oral, el acusado ha explicado que cuando llegó a España a comienzos de 2019 desde Nicaragua ya llevaba unos "ocho años" de relación sentimental con la víctima de los hechos, quien de su lado llevaba aproximadamente un año residiendo en el país y estaba trabajando en una vivienda de Gelves como interna cuidando de personas mayores.

EL CONTENIDO DEL TELÉFONO

El acusado ha narrado que en el momento de los hechos, los días 25 y 26 de julio de 2019, la joven le había pedido "un tiempo para estar un poco como separados", pero no obstante se veían cíclicamente y se reunían en la habitación con la que él contaba en un piso del entorno de Su Eminencia, asegurando que la mujer nunca dijo "a rajatabla" que quisiese finalizar la relación y que tuvo en su poder el teléfono móvil de la joven pero porque ella lo había extraviado y él lo había encontrado.

En cuanto a los motivos por los que el 25 de julio no devolvió inmediatamente el móvil a la joven, el acusado ha manifestado que pretendía que ella pasase la noche con él en su habitación y entregarle el aparato como "sorpresa", negando que quisiese el teléfono para revisarlo y comprobar si ella mantenía otra relación sentimental. Así, ha negado que actuase por celos, asegurando que no sospechaba que la chica tuviese una relación e insistiendo en que ella le había pedido "un tiempo" pero no había dicho directamente no le amase o le quisiese.

No obstante, ha admitido que durante la noche del 25 al 26 de julio, ya de madrugada y tras haber estado consumiendo cerveza "desde las once" de la mañana sin comer para mitigar los efectos del alcohol, revisó las conversaciones y fotografías almacenadas en el teléfono móvil de la joven, descubriendo que la misma mantenía una relación con otro hombre al que él no conocía.

MÁS CERVEZA

A continuación, según su relato, pasó toda la noche sin dormir y acordó con la joven que él acudiese a la vivienda de Gelves a entregarle el teléfono, acudiendo a dicho municipio aquel 26 de julio con la pretensión de que ella le diese "una explicación", antes de lo cual tomó otras "cinco o seis cervezas más".

Reunido con la mujer en una habitación de la vivienda, según ha manifestado, él comenzó a "llorar y llorar pidiendo una explicación" sobre si ella "estaba enamorada de otro", mostrando a la joven tres imágenes tomadas del teléfono de ella "pero no las comprometedoras".

En un momento dado de la situación, según su relato, él perdió "la cabeza", se le "fue la pinza" y extrajo de una mochila que llevaba con él un cuchillo que según ha asegurado era una "herramienta" de su trabajo como ebanista, tras lo cual se abalanzó sobre la víctima. El acusado ha asegurado que sólo asestó una cuchillada a la joven, a la altura del pecho, narrando que el cuchillo se partió después al clavarlo en el suelo y que el resto de acometidas contra la joven, que acabó en la UCI, se saldaron sólo con "heridas superficiales" porque el arma estaba rota. Todo ello, según ha reconocido, mientras ella intentaba protegerse bajo la cama de la habitación.

"Tenía la cabeza en blanco. No era yo", ha asegurado, alegando además un estado de "ebriedad" como consecuencia de la ingesta continuada de alcohol.

La víctima de su lado, ha relatado entre otras cosas que tras instalarse en España procedente de Nicaragua, aconsejó al acusado que no viajase a España a reunirse con ella, que se "iba a arrepentir", relatando que un mes después de llegar él al país le manifestó que no deseaba continuar con la relación pero él insistía en pedir "un tiempo" para intentar seguir con la misma.

"Él no quería aceptar la realidad", ha dicho la joven, asegurando que el acusado la tenía "acosadísima" y "muy agobiada", porque no le dejaba "ser libre".

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