El científico de la EBD Ramón Soriguer, quien ha seguido el desarrollo de este proyecto, ha destacado a Efe que esta ICTS ha desplegado en el interior de Doñana una compleja malla integrada por unos cuatrocientos sensores que permiten la toma en tiempo real de hasta un millar de parámetros biológicos.
Estos parámetros abarcan desde elementos convencionales como temperatura, humedad, viento o lluvia a otros, más sofisticados, relativos a fisiología y metabolismos de plantas y suelos o flujos de carbono, entre otros.
Estos sensores se organizan mediante medio centenar de nodos de comunicación que cubren unas veinte mil hectáreas en el corazón de este espacio protegido y ha incorporado recientemente el primer sistema desarrollado en Europa para el seguimiento de la contaminación lumínica.
Soriguer ha subrayado a Efe que la ICTS de Doñana permite que científicos y personas interesadas puedan acceder “gratuita y libremente” a todos estos indicadores, así como a imágenes en directo que emiten una decena de cámaras de televisión y que cubren en la actualidad desde el estado de inundación de las marismas a un nido de búho real.
También se ofrece a través de la página en internet de la ICTS de Doñana una conexión con el centro de cría en cautividad del lince ibérico en El Acebuche.
“A nivel nacional y europeo esta plataforma es única porque no hay ninguna gran instalación como ésta a nivel ecosistémico que sea capaz de prospectar, medir y monitorizar tan diferentes aspectos”, ha apostillado Soriguer.
Esta ITCS de Doñana es utilizada en red por varios centenares de científicos de varias decenas de países y de las más diversas especialidades y ofrece sus indicadores a una treintena de proyectos de investigación financiados por organismos públicos que desarrollan un centenar de trabajos al año.
“La utilización de estos dispositivos es bastante alta, con visitas de más de ciento treinta países y nos sorprende que países como Estados Unidos sea unos meses el segundo o el tercero en número de visitas”, ha explicado Soriguer.
Otra misión de esta ITCS, que reafirma la alianza entre ciencia y conservación que fue el origen mismo del espacio protegido de Doñana, es la de actuar como unidad de vigilancia ante cualquier contingencia que pueda afectar a estos valiosos ecosistemas, declarados patrimonio de la humanidad y reserva de la biosfera.