De los pocos que van quedando de esa generación ‘festivalera’ que marcó una época es Juanito Villar (1947). Él mismo se acuerda también de Rancapino, “que por circunstancias no puede cantar como antes”, refiriéndose a algunos problemas de salud que no le permite subirse al escenario con normalidad, y de José de la Tomasa, enorme maestro del cante sevillano pero que, a decir verdad, no puede asemejársele a Juan o a otros nombres como Camarón, Lebrijano, Pansequito o Turronero, y no por supuesto por el nivel, altísimo en todos los casos, sino porque José no se sumó a la renovación de letras rítmicas para masas que sí hicieron los mencionados.
Por ello, y sin ánimo de establecer mayor diferenciación, se puede decir que el maestro gaditano es el que sostiene hoy por hoy el recuerdo de ese grupo que en años de transición, en todos los sentidos, fue cambiándolo todo gracias a mensajes más frescos y cantes que removían a la juventud. Con títulos como “Cuchillo y espadas, Curro con el capote, Que cara más bonita o Yo me voy ambore”¸ algunos de ellos firmados por Cepero, consiguió hacerse un hueco en las grandes compañías discográficas del país y posicionarse en lo más alto del panorama jondo que, como se apuntaba, requería como en otro tipo de géneros nuevas corrientes.
Después de más de medio siglo en los escenarios, el cantaor volverá un verano más a aparecer en festivales aportando toda la esencia de esa arrolladora garganta que sigue teniendo empuje y sabor, no obviando el paso del tiempo y el desgaste de “las fiestas”. El 24 de junio estará en el Potaje de Utrera, encabezando la veteranía de un cartel que dedica esta edición a Pansequito (en gloria esté) y Aurora Vargas.
Consta a quien escribe estas líneas que fue José quien impuso la presencia de su amigo Juan, compañero de batallas, para esta ocasión. “Si me dan un homenaje tendrán que estar los que han trabajado conmigo, ¿no?”, se preguntaba Pansequito. Lo cierto es que consiguió que estuviera y, si nada lo impide, estará. Como curiosidad, es Israel Fernández quien aparece el primero en el orden del cartel, lo que ha provocado cierta polémica en redes sociales por el romántico aspecto del respeto al maestro. El propio Israel, según se ha podido saber, hubiera preferido que fuese Juan el que capitaneara el elenco. Habrá sido cuestión de marketing.
Dice Juan que esta temporada, utilizando el término taurino, “hay cositas (actuaciones), no muchas pero las hay”, por lo que “no me puedo quejar”. Comentaen tono de broma que “yo tampoco estoy ya para tantos trotes y hay que conformarse”. No reivindica más espacio, ni más contratos… un cantaor que en su día era requerido hasta en tres ocasiones en la misma noche. “Me jugaba la vida en la carretera porque Pulpón decía que tenía que ir a tres festivales”, expresa, “y le dije que no lo hacía más”.
Lo cierto y lo fijo es que sigue mostrando su perfil inquieto y, como ya goza del respeto de todos y es de los que verdaderamente pueden hablar sin meterse en líos, critica a la nueva hornada por su “falta de personalidad”. Explica que “antes se escuchaba a fulano o mengano y se sabía quién era cada uno, ahora no ocurre eso, cantan todos iguales”. ¿Y cómo se encuentra la personalidad?, “pues buscándola”, dice sin más.
El 1 de julio actuará en la Taberna del Marqués de Cádiz, ante un número limitado de personas porque no caben más, básicamente, “pero es un sitio que tiene mucha solera y entrarán los cabales, que son los que a mí me gustan”. Estará acompañado por la guitarra de Joaquín Linera Niño de la Leoy, como algo excepcional, por el mítico Rebujina, que hará algunos cantes para la afición. “Es el puma del flamenco”, bromea Juan. Más adelante, el 8 de julio, estará en la Fiesta de la Bulería de Torremolinos. Su nombre sí aparece en esta ocasión en destacado y como cabeza de cartel, y detrás están otros como Capullo de Jerez, Antonio Reyes, Rancapino Chico, Barullo y María Terremoto, entro otros.
Juan es, precisamente, uno de los cantaores con mayor legado discográfico y que más han marcado a la subsiguiente generación. El propio Antonio Reyes o Alonso, Jesús Méndez o José Canela, incluso algunos de raíces bien marcadas como José Mijita, versionan los éxitos del gaditano. “Es una satisfacción que se acuerden de mí y de mis cantes”.
Aún no se pueden anunciar otros compromisos para el verano porque no se han presentado los respectivos carteles, pero se puede avanzar que estará en distintos puntos de las provincias de Cádiz, Málaga o Sevilla. Mientras tanto, huele la sal de la Caleta cada mañana sentado en su peña a la que acuden seguidores para hacerse fotos con él. “Ya voy a tener que empezar a cobrar por foto”, bromea.