La banda, que asume por primera vez atentados fuera de Somalia, controla buena parte del país, crece con rapidez y atrae a combatientes extranjeros, la mayoría de Afganistán, Pakistán, Argelia, Arabia Saudí, Irak, Chechenia y otros países islámicos.
En Kampala, el Inspector general de la Policía, Kale Kayihura, dijo ayer en rueda de prensa que habían llevado a cabo una detención en relación con los dos atentados y que, el día anterior, habían encontrado un cinturón explosivo, de los utilizados por los terroristas suicidas, en el barrio de Makindye.
El cinturón hace sospechar que los terroristas preparaban un tercer atentado y se supone que los otros dos fueron llevados a cabo por suicidas, de los que se encontraron restos mutilados, y que se cree que eran un eritreo y un somalí, según Kayijhura, aunque estos últimos extremos aun no han podido confirmar.
El portavoz de Al Shabab, Ali Mohamud Rage, conocido como “Ali Dhere”, dijo en Mogadiscio que “advertimos reiteradamente a los ugandeses que, si no dejaban de masacrar a nuestra gente en Mogadiscio, probarían el dolor de vuelta, pero sus dirigentes mercenarios les dijeron que las amenazas de Al Shabab sólo eran declaraciones”. justificando así su intervención.