Fascistas

Publicado: 08/11/2023
Está de moda reivindicar la Historia, aunque cada cual reivindique la parte que le interesa y no la que lo retrata
Basta ya. No son nostálgicos. Tampoco españoles de bien. ¿Por qué seguimos blanqueando a aquellos que dicen amar España pero sólo su idea de lo que debe ser nuestra nación? ¿Por qué los medios no los llaman por su nombre? En los últimos días estamos viviendo las manifestaciones en Ferraz, sede en Madrid del PSOE, así como en otros puntos de España. Manifestaciones pacíficas que se saldan con detenidos, heridos (incluyendo a los propios agentes de policía) y la incautación de barras de hierro, porras extensibles y otros objetos que nadie se llevaría para jugar al parchís. La ultraderecha, pues en España no existe la derecha moderada, ha incendiado las calles y luego condena la violencia con la boca pequeña. Y veremos qué lodos vendrán de aquestos polvos.

Está de moda reivindicar la Historia, aunque cada cual reivindique la parte que le interesa y no la que lo retrata. Para muestra, las manifestaciones de estos días atrás están siendo ilegales toda vez que no se comunican a las Delegaciones de Gobierno correspondientes. Están siendo violentas a tenor del balance de daños que se arroja de ellas cada noche. Y, concretamente, se producen ante la sede de una formación política concreta. Casi una mezcla entre la Noche de los Cristales Rotos y la Noche de los cuchillos largos. Y ya sabemos a qué período histórico pertenecen ambas noches. Al fascismo patrio con nombre de diccionario no le ha bastado con usar las estrategias de propaganda de Joseph Goebbels; no le ha bastado con sostener un discurso que de por sí no se sostenía; ni siquiera le ha bastado con inventarse golpes de Estado mientras niega los que sí existieron a lo largo de nuestra Historia. Ahora, además, enardece a una masa absurda y parca en lectura a putodefender España. ¿Qué España dicen putodefender?

Esta masa exaltada es la misma que llama dictador a un presidente del gobierno que puede gustar más o menos, pero que ha sido elegido democráticamente. Hablan de dictadura mientras loan a un dictador (una constante es escuchar vivas a Franco en esas manifestaciones). Hablan de golpistas y traidores pero admiran y reivindican la figura de los traidores golpistas de 1936 (precisamente, Franco y sus ad lateres). ¿Han olvidado que, en virtud de la Reforma Militar de Azaña en 1931, estos generales juraron lealtad a la República que luego reventaron por la fuerza? ¿Han olvidado que dieron un golpe de Estado cuyo fracaso llevó a la Guerra Civil? No, no lo han olvidado. Simplemente, lo ignoran y los que no lo ignoran ven aquellos hechos con buenos ojos.

Del mismo modo que en la Alemania de los años treinta del siglo pasado se demonizó a los judíos, ahora lo hacen con los árabes, magrebíes, subsaharianos... ¿Es que no nos damos cuenta? Critican y criminalizan los avances en materia de igualdad, no sea que las mujeres se salgan de lo que ellos consideran que debe ser una buena esposa y madre. ¿En serio no les suena? Les molesta la inclusión de las personas LGTBI, ¿Aún no se hacen una pequeña idea? Llaman golpistas a quienes pusieron urnas (para mí los hechos del 1-O de 2017 fueron desmesurados) pero instan a la policía a «incumplir órdenes ilegales» (como si un Führer de todo a cien llamado Santiago Abascal pudiera determinar qué órdenes son legales o no)... ¿No es eso instar a la misma rebelión que precede a un golpe de Estado? De hecho, estos mismos personajes presumen de ser gente de bien y de orden, en cuyo caso ¿cuándo piensan rendir cuentas Abascal y Ortega Smith ante la justicia inglesa por lo de la bandera en Gibraltar? ¿Cómo llevan una pancarta que dice «La Constitución destruye la nación»? ¿Acaso eso no incita a subvertir el orden constitucional y, por tanto, a un golpe de Estado?

En definitiva, todo son preguntas. ¿Por qué señalan a la prensa cuando la propia prensa los ha blanqueado y dado pábulo hasta la saciedad? ¿Cómo se defiende la democracia armando semejante zapatiesta contra lo que han votado los ciudadanos? ¿Por qué llaman traidor al Rey por cumplir su función constitucional de encargar gobierno a un candidato tras el estrepitoso fracaso de otro? Al final, la respuesta es fácil: a la gente de bien sólo le gusta la democracia cuando le favorece. Cuando no es así, se convierten en golpistas. No son nostálgicos, ni exaltados ni radicales de extrema derecha. Llamemos a las cosas por su nombre: son fascistas. Aunque poco se puede esperar de los medios para detener este blanqueamiento: si al genocidio en Palestina lo llaman guerra...

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