El Hospital Universitario Virgen del Rocío da un paso adelante en la atención pediátrica con la introducción de Haru, “un innovador robot diseñado para estimular las emociones de niños con cáncer” y que sustituirá a Curro, el prototipo anterior que ha estado interactuando con los pacientes de oncohematología pediátrica durante tres años.
El centro hospitalario ha anunciado la incorporación de un nuevo robot, Haru, “diseñado para estimular a niños con cáncer" y que supone “un avance tecnológico que busca mejorar la calidad de vida de los pacientes jóvenes". Este innovador prototipo ha sido desarrollado por la Asociación Española para los Efectos del Tratamiento del Cáncer (ETC), por la colaboración de investigadores de la Universidad de Sevilla, la Pablo de Olavide y la empresa tecnológica sevillana 4i.
Este nuevo robot reemplazará a Curro, un himanoide que ha estado interactuando con los pacientes de oncohematología pediátrica durante tres años, y la presentación oficial de Haru está programada para el 23 de noviembre en la gala anual de la asociación, que se llevará a cabo en el Hogar Virgen de los Reyes.
El nuevo robot, diseñado por Honda Research Institute, “sigue las directrices de Unicef sobre el uso de inteligencia artificial para niños, con el objetivo de ser socialmente inteligente y capaz de detectar y procesar señales sociales y emocionales humanas”.
Haru no solo es un prototipo físico; “también cuenta con un simulador o avatar virtual implementado en un iPad”. Esta característica permite a los niños seguir utilizando las aplicaciones en casa, “brindando así un mejor seguimiento, una mayor accesibilidad y utilidad a un mayor número de niños y niñas”.
El robot Curro está especializado en rehabilitación y estimulación cognitiva. Su función es hacer ejercicios con los niños en forma de juego para así hacerlo más fácil y dinámico.
El nuevo robot, Haru, se encarga de entender y estimular las emociones de los jóvenes intentando ver en los niños lo que sus padres o los profesionales no ven. Haru no tiene manos ni piernas, tiene unos ojos verdes muy grandes. Curro sí cuenta con las extremidades para que los niños puedan utilizarla y hacer rehabilitación con ellas.
El director gerente del hospital, Manuel Molina, junto con otros destacados profesionales, presentó las capacidades del robot Haru. Hasta el momento, “el robot puede contar cuentos, mantener conversaciones sobre diversos temas, contar chistes, realizar juegos de estimulación cognitiva y ayudar a aprender sobre diferentes materias, incluyendo divertidos juegos de pasapalabra”.
Los avances en diagnósticos y tratamientos han aumentado la supervivencia, pero también se han identificado importantes efectos secundarios a largo plazo que afectan la calidad de vida de los niños, incluyendo efectos cognitivos, físicos, emocionales y sociales. “La introducción de Haru representa un esfuerzo por abordar estos desafíos y mejorar la calidad de vida de los jóvenes pacientes”.
La Asociación ETC, sin ánimo de lucro, ha desempeñado un papel crucial en esta iniciativa al trabajar en colaboración con grupos de investigación, instituciones y empresas de diversos países que se centran en áreas como robótica, inteligencia artificial, gestión de diálogo, lingüística computacional y psicología.
La gala del cáncer infantil, que se llevará a cabo el 23 de noviembre, será el escenario para compartir esta emocionante noticia con autoridades, profesionales de la salud, investigadores, empresas colaboradoras y, lo más importante, familias que luchan valientemente contra el cáncer infantil. La jornada incluirá actuaciones de la escuela de baile flamenco de José Galván y músicos de jazz de la Asociación Assejazz, además de sorteos de regalos al final del evento.
La presidenta de la asociación ETC ha asegurado que “el nuevo robot se ha probado con los niños y que por ahora solo ha dado buenos resultados”. Asegura que si siguen con este ritmo de trabajo “puede llegar a estar listo para marzo de 2024”.