El relax con el que la
actriz Silvia Acosta (Sevilla, 1986) habla de su trabajo contrasta con la agenda que vive su
talento en estos días, porque en el
Festival de Cine Europeo de su ciudad natal
presenta tres películas distintas mientras sigue de
gira por escenarios de teatro.“Es lo que me llena la nevera”, dice.
Al festival sevillano ha llegado con
‘Mamacruz’ (Patricia Ortega),
‘Fueron los días’ (Bernabé Bulnes) y el cortometraje
‘Lava’ (Carmen Jiménez), aunque comenta, en una entrevista con EFE, el
“coraje” que le dio su
papel en ‘Mamacruz’, donde
actúa con “una grande” como Kiti Mánver, pero no comparten pantalla, ya que todas las conversaciones entre los personajes son por videollamada.
Se detiene a reflexionar sobre
este papel en concreto, y recuerda que fue curioso “porque, además,
en rodaje también grabamos como se ve en la pantalla". Mánver estaba en un set y Acosta "en otro en una casa al lado” y fueron
grabando a través de una tablet cada una.
Con esa forma de interpretar
daban vida a la madre del personaje de Silvia, con la joven viviendo en el extranjero para ganarse la vida mientras su hija, nieta de Kiti Mánver en la ficción, está con ella en Sevilla reclamando a su madre, que no termina de volver.
“
Yo no tenía ni siquiera la mirada de Kiti, que esta es una cosa que
me ha dado mucho coraje como actriz”, rememora, aunque, ha tenido la fortuna de trabajar en
una película “que huele a Goya”, pero "a través de la pantalla creo que veía su hombro” por las necesidades de los cámaras para editar posteriormente.
Anécdotas aparte, la actriz sevillana cree que
su actividad es una muestra del buen momento que vive el cine andaluz, y las
actrices andaluzas en concreto, lo que le hace llegar “con muchísima ilusión al festival, con
tres proyectos, uno un día detrás de otro”, y en ese punto habla de ‘
Fueron los días’, una película que muestra “todo un
mapa de relaciones amorosas en diferentes momentos y versiones de la vida”.
Partiendo de la historia de un
director de cine que busca en Sevilla
a la actriz de la que un día se enamoró, Silvia Acosta, que interpreta a la actual pareja del director, explica que, aunque ese mapa se va estableciendo, “
cuenta la historia de ellos dos, de lo que podría haber sido, no fue y cómo aquello les marcó tanto que se vuelven a encontrar”.
Como el resto de lo que cuenta es un
espóiler “muy gordo”, cambia de tema para hablar de su personaje,
una “mala necesaria", a la que dice comprender perfectamente: “Ingrid es el caso de una
actriz con muchísimo éxito profesional, que, sin embargo,
no lo tiene en el plano personal”, y por eso la historia se traslada a la de muchas personas, que pueden ser muy exitosa en el trabajo pero “
infelices completos en cualquier ámbito”.
La película, de hecho, comienza con la escena de un premio Goya en una estantería sin que nadie le preste atención en casa del director, y llega hasta Ingrid, que “lleva mucho sacrificado en su vida personal, y al cabo de los años le pesa que,
en pro de una carrera, ha ido dejando su vida un poco de lado”.
La cinta, como ‘Mamacruz’, es una
muestra del actual estado de salud del cine andaluz, “una maravilla”, dice la actriz, que espera que siga así muchos años más, y que se sigan generando proyectos”, con el valor añadido de que los creadores “vayan sacando adelante
proyectos que tienen en los cajones o ideas que tienen por sacar”.
Silvia Acosta se despide para acudir a otra entrevista, aunque antes se para a explicar que está
de gira con la obra de Lope de Vega ‘El amor enamorado’, que tiene entre manos posibles
“proyectos audiovisuales”, y que
su trabajo es incesante, ya sea en una pantalla de cine, de tablet como en ‘Mamacruz’ o en las tablas de un teatro.