La
Laguna del Sapo, en
Sevilla Este, es un
“humedal único” en la provincia de Sevilla y la
Consejería de Medio Ambiente ha decidido no incluirlo en el
Inventario de Humedales de Andalucía básicamente
por su “carácter eventual” pero la celebración este jueves de la primera reunión en dos años del
Comité Andaluz de Humedales puede ser el primer paso para darle
algo de protección y que
ni siquiera sería definitiva porque son
muchas las amenazas, especialmente,
las de carácter urbanístico.
Así lo expone
Jesús Díaz, de la plataforma SAVE! (Salvemos el Anillo Verde), integrada por diversas organizaciones y personas a título individual que buscan
crear un corredor verde que conecte los grandes parques del distrito Este siguiendo las directrices del PGOU. Y es aquí donde está la clave,
en el planeamiento urbano, que establece este
microhumedal, la Laguna del
Sapo, como
suelos inundables de titularidad privada pero su amenaza está en el
desarrollo de Santa Bárbara, a cuyo plan se han presentado numerosas alegaciones porque contempla
su edificación.
La propuesta que debatirá el
Comité de Humedales plantea incluir en el Inventario de Humedales de Andalucía (IHA)
las lagunas del Sapo y Buena Esperanza, además de otras muchas áreas, aunque Díaz considera que es una
medida “ortopédica”, ya que es
“hacerle el trabajo a la Junta”, que es quien
debiera proteger y actualizar ese inventario. “Es absurdo que tenga que pasar ese trámite”, lamenta Díaz, que considera que
la Junta, con las herramientas que posee, podría hacerlo directamente y de oficio.
Y lo llevan al comité porque la
Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul ya rechazó incluirlos, precisamente,
porque no se había reunido este Comité que, además, debió convocarse en febrero y ahora debatirá las actividades de este año que ahora termina. Además, la Dirección General de Espacios Naturales Protegidos de esa Consejería
argumentó que uno de los criterios para no incluir esas lagunas en el IHA era su
“carácter eventual”.
“Estas lagunas temporales, charcas y lagunas mediterráneas”, argumenta Díaz,
“son Hábitat 31/70”, es decir,
están protegidos y debe aplicarse la normativa europea, apuntando que la
responsabilidad en su protección no sólo debe ser de la
Junta de Andalucía, sino también del
Ayuntamiento, “que algo tendrá que decir”. “Se habla del
Anillo Verde y de que las protegería”, asegura Díaz, pero lamenta que
hay “muchas formas de urbanizar y de hacer zonas verdes” y lo importante es que “
en el último plan parcial es edificable”.
“En Sevilla
no hay ningún microhumedal como éste, hay mucha presión sobre ellos, tienden a colmatarse como escombreras,
están abandonados y muchas veces por eso tienen valor ecológico”, reflexiona, apuntando que
ya se perdió la laguna de Torreblanca, que estaba detrás del Guadalpark, que se desecó, y habrá que ver la que queda junto al
Canal de los Presos”, mientras que la del
Sapo, con el desarrollo del
Plan Urbanístico SUO-DE-01 Santa Bárbara “está ocurriendo
lo mismo que en Palmas Altas”.
Para Díaz, el que ha elaborado la
autorización ambiental unificada de ese plan parcial
“no ha estado en la laguna” y son muchas las organizaciones, como Ecologistas en Acción, SEO/Bird Life y Greenpeace, y asociaciones vecinales, los que han presentado
alegaciones. “
Es un corta y pega del de Palmas Altas”, lamenta Díaz.
La plataforma entiende que la
biodiversidad biológica de estos microhumedales la convierten en un
“auténtico oasis” en los que su temporalidad, al ser lagunas de recarga y encharcamiento temporal, f
acilita la reproducción de determinados anfibios e invertebrados, que además sostienen a una
amplia comunidad de mamíferos y aves. “Estos espacios son el
recuerdo vivo de las áreas sobre las que se desarrolló nuestra ciudad, de la que quedan
imágenes relícticas en las Lagunas del Este de Sevilla. Mirar este paisaje es mirar hacia un
futuro más saludable y verde, al mismo tiempo que r
eflejan la historia de la ciudad”, argumentan.