El Sevilla ha quedado eliminado de la Champions en el quinto partido de la fase de grupos tras un nuevo mitin ante el PSV Eindhoven. La plantilla ha demostrado que no está para esto. En el minuto 60 ganaba 2-0 y tenía controlado el choque y acabó perdiendo 2-3.

La situación es insostenible para un equipo que lleva meses en caída libre. Ni fichajes de última hora ni cambios de entrenador, este barco está hundido y los actuales dirigentes de la entidad no son capaces de devolverle a flote. La grada los señaló y se marchó del estadio antes del final del partido.

Ocampos fue el gran señalado y es que gran parte de la derrota en este partido recae sobre él. Con 2-0 acabó expulsado en apenas tres minutos. Primero vio una amarilla por quejarse y poco después por una entrada. Con diez futbolistas, el PSV Eindhoven dio un paso adelante y se comió al Sevilla.

Diego Alonso pende de un hilo tras otro partido en el que no logró ganar. También es cierto que tiene lo que tiene y que cuando miraba al banquillo no tenía nadie del que tirar. Dio entrada a Nianzou, Jordán y Rafa Mir, que no están al nivel de la Champions y que mostraron sus costuras en el tiempo que estuvieron sobre el césped.

Inestabilidad en la plantilla, en el equipo y en la directiva. O se mete mano de arriba a abajo o la temporada puede ser un auténtico espanto. Este club es un muerto viviente que en la Champions ya no está, en la Copa ha pasado una ronda y en la liga no está peor porque hay equipos ya sentenciados.

El Sevilla cierra otra vez su participación en Champions League demostrando que a estas alturas de la película no está preparado para esta competición.