Los humedales del Este de Sevilla están de enhorabuena, no sólo porque estos días tras las últimas lluvias vuelven a conformarse sus típicas charcas sino porque el Comité Andaluz de Humedales ha rectificado y ha decidido reevaluar su decisión para incluirlos en el Inventario Andaluz de Humedales (IAH), primer paso para protegerlos y hacer frente a otras muchas amenazas que se ciernen sobre estos espacios únicos, los de carácter urbanísticos, especialmente el desarrollo del plan parcial de Santa Bárbara.
Así lo ha confirmado Jesús Díaz, de la plataforma SAVE! (Salvemos el Anillo Verde), integrada por diversas organizaciones y personas a título individual que buscan crear un corredor verde que conecte los grandes parques del distrito Este siguiendo las directrices del PGOU. Esta plataforma, con el apoyo de numerosas asociaciones ecologistas y entidades vecinales, habían solicitado a la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul, a través de la Dirección General de Espacios Protegidos, que se diera protección a esos espacios naturales “únicos” tras su decisión de inicial de no incluirlos por su “carácter eventual”.
La oportunidad se daba con la reunión del Comité Andaluz de Humedales. “Han rectificado, dando marcha atrás, reevaluando la inclusión de los Humedales del Este de Sevilla en el Inventario de Humedales de Andalucía. Van a revisar el informe técnico y volver a valorar la incorporación de la Laguna del Sapo, Torreblanca y Buena Esperanza al Inventariado Andaluz de Humedales”, aseguraba Díaz a Viva Sevilla.
La plataforma recordaba que la respuesta anterior de la Dirección General de Espacio Protegidos a la solicitud de inclusión fue que “no procedía iniciar la tramitación del procedimiento”, aunque el asunto nunca se llegó a plantear en el propio Comité de Humedales, “que es quien, una vez evaluada previamente la propuesta, admite su inclusión conforme al Decreto 98/2004 de 9 de marzo, por el que se crea el Inventario de Humedales de Andalucía y el Comité Andaluz de Humedales”.
A los miembros del comité se les entregó un documento firmado por más de treinta investigadores e investigadoras en el que se justificaba su petición de catalogar la “Laguna de El Sapo y de Buena Esperanza” como Hábitat de tipo 3170 “Charcas y lagunas temporales mediterráneas”, ya que éste cumple con los criterios enunciados en el Decreto 98/2004.
Estos espacios, que conforman uno de los últimos sistemas de lagunas temporales en Sevilla, donde el agua no se trata por medios químicos, dado su origen de precipitación y escorrentía, realizan “funciones ecosistémicas clave”, recoge el escrito. “En particular para la biodiversidad constituyen el área de reproducción de cinco especies de anfibios y más de cincuenta de invertebrados, incluidos los grandes branquiópodos; un espacio de alimentación y/o parada necesaria para diversas especies, en especial murciélagos y aves cuando éstas se encuentran en ruta, y también para aquellas residentes para las que constituye un oasis dentro de la matriz de zonas urbanas y agrícolas”.
Al no darles el reconocimiento, que sí tienen a nivel ecológico y genético a los corredores verdes, expone el documento, “espacios como este se convierten en un oasis frente a las aguas contaminadas con productos químicos y a la presencia de especies exóticas invasoras en la mayoría de los cauces y aguas permanentes de las grandes ciudades”.
Sin embargo, el aspecto urbanístico es el que más preocupa a la Plataforma SAVE!. Los humedales del Este de Sevilla, ricos actualmente desde un punto de vista ecológico, y que podrían servir de germen de biodiversidad y funcionalidad ecosistémica al futuro Anillo Verde de Sevilla, “corren el riesgo de desaparecer bajo el entramado urbano. Los planes urbanísticos para el Distrito Este suponen la destrucción de estas futuras zonas verdes. El proyecto presentado para el desarrollo del Plan urbanístico SUO-DE-01 Santa Bárbara a cuya fase de exposición pública se presentaron alegaciones de varias entidades, lleva consigo afecciones que deterioran gravemente su valor ambiental”, recuerdan los firmantes en el escrito que ahora tiene en sus manos para su reevaluación el Comité de Humedales.
Otros aspectos tratados
En la reunión también se puso en evidencia que no habían llegado hasta la Consejería los planteamientos realizados por el Jordi Figuerola, de EBD-CSIC, en contra de la decisión de la Dirección de Espacios Naturales para no incluir las lagunas en el inventario, y también la incorporación de otras charcas similares, como es la del Tornero de Aznalcázar, en el mismo catálogo de protección.
Por último, se planteó considerar “métodos menos engorrosos para la detección e introducción de humedales en los que la administración de oficio asuma esa función”, como puede ser una simple revisión de la cartografía por fotografía aérea o imágenes satélites, “dejando para las organizaciones sociales espacios especialmente singulares, por cuestiones que van más allá de tener una lámina de agua inventariada”.
Como recuerda Díaz, el inventario “debe estar actualizado, especialmente en el caso de los hábitats más vulnerables y amenazados, como los HAB 3170, las charcas y lagunas temporales mediterráneas, los que nos ocupan del Distrito Este de Sevilla”.