El Ministerio para la Transición Ecológica, cuya titular es Teresa Ribera, no ha considerado siquiera la posibilidad de vincular el futuro de la dehesa de Tablada con el proyecto del puente como solución para salvar el río Guadalquivir por la ronda de circunvalación SE-40, según puede leerse en la Declaración de Impacto Ambiental.
Diferentes asociaciones, como Asociación a Contramano, Mesa ciudadana por Tablada, el Consejo andaluz de colegios oficiales de arquitectos y Asociación de constructores y promotores de Sevilla (GAESCO), señalaron en sus alegaciones que, atendiendo al impacto paisajístico severo del proyecto del puente para la SE-40 sobre el río Guadalquivir, se realice como medida compensatoria el reintegro de los suelos de Tablada a la propiedad pública y su restauración ambiental como gran infraestructura verde metropolitana, en cooperación con otras administraciones.
En promotor contesta que dicha actuación excede el ámbito del anteproyecto. «Por su ubicación (a 3 km del cruce de la SE-40) y por sus dimensiones, no son proporcionales a los impactos residuales previstos. Se trata -puede leerse- de un nuevo gran parque público metropolitano que implica el acuerdo previo de las diferentes Administraciones Públicas para su creación y posterior conservación y mantenimiento.
Mesa por Tablada, plataforma ciudadana que agrupa a 38 asociaciones de Sevilla y su área metropolitana, en sus alegaciones al anteproyecto y estudio de impacto ambiental de la autovía SE-40 en el tramo Dos Hermanas y Coria del Río, entiende que lo más importante en la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) «no es el volumen cuantitativo del análisis sino el cualitativo». En este sentido, Mesa por Tablada solicita que el área de estudio del impacto visual se amplíe en un radio de, al menos, diez kilómetros.
El estudio analiza el impacto directo en espacios de especial interés paisajístico declarados en su entorno inmediato. En concreto, los más relevantes son el cauce del río, declarado Zona de Especial Conservación del Bajo Guadalquivir, dentro de la Red Natura 2000. Este espacio es atravesado por el viaducto. Por otro lado, la cornisa del Aljarafe. Este espacio se sitúa a 1.600 metros del viaducto.
«Entendemos que se trata de una reevaluación con criterios discrecionales de la calidad visual cuando, a nuestro criterio, debe analizarse la calidad paisajística de estos espacios». Asimismo, en nuestra opinión, los dos espacios señalados «ya han sido calificados como de la máxima calidad paisajística por organismos competentes, y como tal deben de ser considerados en el Estudio de impacto Ambiental».
La plataforma ciudadana alega en segundo lugar que «tanto la ZEC del Bajo Guadalquivir como el PS-3 Cornisa Este del Aljarafe sean considerados como espacios de muy alta calidad visual».
Considera Mesa por Tablada que, «al no establecer ni en el Estudio de Impacto Ambiental ni el Anteproyecto una opción definitiva por ninguna de las soluciones, más allá de indicaciones no cerradas en cuanto a preferencias según diferentes criterios, no puede analizarse con precisión el impacto paisajístico de una infraestructura cuya dimensión no se conoce con exactitud». Pero que «en ningún caso serán los 70 metros referidos en el estudio», añade el escrito.
Asimismo, destaca la plataforma que el Estudio de Impacto Ambiental establece como medidas compensatorias la creación de un carril bici insertado en el puente y otro en la margen izquierda, la creación de un observatorio de aves y la restauración ambiental de la zona bajo el viaducto.
«Desde la Mesa Ciudadana por Tablada entendemos que dichas medidas compensatorias son claramente insuficientes y que se hace necesario emprender una acción compensatoria de envergadura proporcional ante la magnitud del impacto causado».