Un
tanatorio pero que
incluye un crematorio ha
puesto en pie de guerra a buena parte de los
vecinos de Mairena del Alcor, aglutinados en una plataforma, y también a
Ecologistas en Acción, que presentó alegaciones al proyecto, ubicado en el
polígono industrial Gandul pero cercana a viviendas, un colegio y un campo de deportes, y que critica la
falta de información y transparencia con la que se ha llevado a cabo toda la tramitación.
El proyecto de
tanatorio era
una antigua aspiración municipal pero el
problema surgió cuando se
incluyó un crematorio. Se
construyó pero aún
no ha comenzado su actividad, contra la que se han presentado
numerosas alegaciones y entre ellas, las de
Ecologistas en Acción, que se posicionaron
en contra, el pasado 29 de noviembre, dentro del
procedimiento de calificación ambiental y licencia municipal que el Ayuntamiento inició a petición de la empresa
Gesit Trazabilidad de Proyectos.
La asociación entregó junto a las alegaciones
1.856 firmas de adhesión de los vecinos, opuestos a instalar ese crematorio en el polígono Gandul, “demasiado cerca de
zonas residenciales, el Colegio Huerta Retiro, oficinas, lugares de celebraciones, instalaciones deportivas y parques”, aseguran desde Ecologistas. De hecho, el próximo
sábado 27 se ha convocado una
concentración de rechazo al proyecto en la Plaza de Antonio Mairena junto a la entrada del Ayuntamiento.
Con las
alegaciones alertaba “del i
ncumplimiento de las leyes de transparencia que obligan a publicar en su
Tablón de Edictos Electrónico, en la
web del Ayuntamiento, toda la
información sobre el expediente, y que sin embargo no se publicó, sino que se
obligaba a la ciudadanía a ver el expediente presencialmente en las oficinas municipales, lo que atenta contra los derechos de información y participación pública establecidos en Andalucía desde la Ley 1/2014 de Transparencia Pública de Andalucía”, advierten.
Hace unos días, el alcalde de Mairena del Alcor,
Juan Manuel López (PP), aseguraba que
la
calificación ambiental del proyecto le correspondía
darla a la Junta de Andalucía, algo que
niegan rotundamente desde Ecologistas, que apunta que “
las competencias para otorgar las calificaciones ambientales son municipales, tal como recoge el artículo 43 de la
Ley de Gestión y Calidad Ambiental (GICA) de Andalucía”.
En ese procedimiento el Ayuntamiento debe
evaluar los efectos ambientales de la actuación y determinar la viabilidad o inviabilidad ambiental de la misma, y en su caso las condiciones en las que debe realizarse la actividad, según establece el artículo 42 de la Ley GICA, aclaran los ecologistas.
También alertan de que,
mes y medio después de la presentación de alegaciones, “el Ayuntamiento
sigue sin cumplir con su obligación de reiniciar un nuevo periodo de información y participación pública y de poner todo el expediente, documentación e informes técnicos, a disposición de la ciudadanía en
su web municipal”.
En esa web no figura un aspecto que Ecologistas considera que debe aparecer: que
la titularidad del expediente de calificación ambiental y la licencia municipal que se está tramitando “
ha sido transferido a otra empresa denominada Previpaz”
Un crematorio junto a las viviendas
Una de las
alegaciones principales de Ecologistas en Acción se refiere a que un
horno crematorio “es una instalación industrial que
emite gases tóxicos incompatibles con usos residenciales”, gases entre los que se encuentran
mercurio, óxidos de nitrógeno y de azufre, dioxinas, furanos y residuos radiactivos de baja, media e incluso alta actividad.
Explican que
el mercurio se volatiliza “al incinerar las amalgamas dentales, los empastes que contienen mercurio”, mientras que Naciones Unidas cita a los crematorios como “fuente importante” de las emisiones de mercurio a la atmósfera a escala mundial.
Para la asociación, el mercurio es “
especialmente preocupante porque es un metal pesado persistente extremadamente tóxico considerado un peligro prioritario según la Unión Europea, la ONU y la OMS” y en dosis relativamente bajas puede
afectar al desarrollo del cerebro infantil y a los sistemas cardiovascular, inmunológico y reproductor. “Las mujeres en edad fértil son especialmente vulnerables al metilmercurio que atraviesa fácilmente la barrera placentaria”, alertan.