4.000 millones de litros anuales de vertido tóxico al río Guadalquivir, con aguas cargadas de
metales como arsénico, mercurio y cromo, componen la principal objeción que las
principales asociaciones ecologistas del país hacen a la
“irresponsabilidad” de reabrir la mina de Aznalcóllar, que gestionará la multinacional
Grupo México a través de su filial española
Minera Los Frailes, vertidos que el proyecto
ha incrementado “en un 50%” sin que haya sido sometido a información pública, mientras
Podemos Sevilla alerta de que no se ha contemplado el
efecto de la sequía y la reducción del caudal del Guadalquivir, convertido en un
“río de sacrificio e industrial”.
Ecologistas en Acción, WWF, Greenpeace, Amigos de la Tierra y SEO Birdlife, las principales asociaciones ecologistas del país, han presentado
alegaciones contra el proyecto de explotación de
Aznalcóllar que tramita la Delegación Territorial de las consejerías de Economía, Hacienda y Fondos Europeos y de Industria, Energía y Minas en Sevilla, a los que
se han sumado numerosas asociaciones de la ciudad y personas a título individual, además de
Podemos Sevilla, que ha sumado alegaciones propias elaboradas por su comité científico. Todos han
escenificado este viernes
su oposición al proyecto ante la
Audiencia de Sevilla, que será la que en
marzo de 2025 enjuicie la adjudicación al Grupo México, en el que participa la sociedad andaluza Magtel, por presuntos
delitos de tráfico de influencias, prevaricación, malversación, fraude, negociación ilegal y prevaricación.
La clave principal de las alegaciones es la
tubería de 30 kilómetros que parte del recinto minero en
Aznalcóllar, cruza los términos de
Sanlúcar, Valencina, Olivares y Salteras, terminando en
Santiponce,
frente al estadio de la Cartuja, para verter al año al
Guadalquivir, a su
estuario y a la zona protegida por la
Red Natura 2000, unos
4.000 millones de litros de aguas tratadas pero contaminadas de metales pesados como arsénico, cadmio, cobre, cromo, mercurio, plomo, selenio y zinc.
Isidoro Albarreal, de Ecologistas, detallaba ante la Audiencia que, si bien en la
primera fase del proyecto contemplan el
vaciado de la corta minera, que aunque con un tratamiento se intente depurar seguirá
manteniendo una “cantidad brutal” de metales pesados, será peor durante los
17 años de duración del proyecto minero, cuando al año se viertan
4.000 millones de litros al río de aguas contaminadas. “Cuando salió a información pública
decían que eran 2.600 millones de litros pero la empresa se ha permitido
aumentar el vertido en un 50% y sin someterlo a información pública”, alertaba Albarreal.
Además, denunciaba que el
Ayuntamiento de Aznalcóllar, “que tanto interés tiene en la reapertura”,
“ha ocultado” toda la información a lo largo de la tramitación del proyecto y sólo “hace dos días” lo ha publicado en el tablón digital, “por lo que entendemos que se abren otros 30 días” de periodo de información pública, mientras oficialmente es este viernes cuando se cierra el periodo de alegaciones abierto por la Delegación Territorial de las consejerías de Economía, Hacienda y Fondos Europeos y de Industria, Energía y Minas en Sevilla. Extienden ese
incumplimiento de obligaciones de participación, información y transparencia para la Autorización Ambiental Unificada (AAU) lo han cometido
todos los municipios implicados, por lo que entienden que el proceso "
tendrá que reproceder para cumplir con la legalidad ambiental vigente".
Juicio pendiente: puede anular todos los permisos
Al propio proyecto y a la tramitación del mismo se añade una
queja principal que Ecologistas lleva reiterando sobre la reapertura de Aznalcóllar: que actualmente
hay un proceso judicial, que se dilucidará en la Audiencia de Sevilla y a partir de marzo de 2025,
contra la autorización de los derechos de explotación y en el que están implicados catorce funcionarios además de dos empresarios, los hermanos López Magdaleno, de la empresa Magtel, socia de la filial del Grupo México que fue adjudicataria y que interpuso Emerita. “
Es una irresponsabilidad”, zanjaba Albarreal, ya que entiende que “
dentro de dos años, todas las autorizaciones pueden ser ilegales”.
“Con este proceso judicial, la
Junta de Andalucía, la actual del
PP,
sigue siendo cómplice de la corrupción de la época del PSOE”, apuntaba el dirigente ecologista, que lanzaba una advertencia: “
los llevaremos a los tribunales por la vía contencioso-administrativa”.
Por su parte, la portavoz de
Podemos Sevilla, Susana Hornillo, calificaba que la reapertura de Aznalcóllar está en un
“punto de no retorno” para el Guadalquivir, convertido en un
“río de sacrificio e industrial” e informaba de que su partido, además de sumarse a las alegaciones de Ecologistas, ha presentado una específica sobre la
sequía, ya que el proyecto
no ha tenido en cuenta su efecto sobre el caudal,
más bajo que el contemplado, y con una “
concentración de metales que posiblemente sea letal”.
Hornillo también ha
reclamado al alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, que “
defienda nuestro río, que es una seña de identidad” y que no ha visto “en ningún folleto de Fitur”, lamentando que Europa va a poder ver cómo se contamina el río y su i
mpacto en ese turismo de calidad que ahora dicen que buscan.
Además, desde las
asociaciones vecinales y ecologistas de la ciudad que se han sumado a estas alegaciones, han reclamado
más implicación de los distintos ayuntamientos. “Exigimos la
implicación, más allá de los partidos, de todos los municipios, ya tenemos
experiencia con la marea negra y el silencio, no es la solución”, apuntaba Javier Ros, de la Plataforma en defensa del Ficus de San Jacinto.