Una de las imágenes que nos ha dejado el encuentro entre el Sevilla y el Celta de Vigo ha sido la pelea que han protagonizado Youssef En Nesyri y Quique Sánchez Flores en el banquillo.

El delantero ha sido sustituido con el 1-0 en el marcador y no le ha sentado nada bien. Tras una leve discusión con su técnico, ha pateado una nevera y luego unas botellas de agua. Quique Sánchez Flores se lo ha recriminado y Lucas Ocampos ha tenido que separarles.

Tras el encuentro, el entrenador ha hablado sobre este asunto en rueda de prensa: “Entrenamos toda la semana a 25 jugadores y queremos que se traten entre iguales. No me gusta que en ese escenario se generen cosas en contra de la imagen del equipo y del club. Puedo entender que todos los jugadores tenemos muchas pulsaciones pero no puedo permitir que nadie se sienta distinto”.

Dicho esto, le ha quitado hierro al asunto: “Es algo que vamos a dialogar y resolverlo. Lo resolveremos internamente”.

En la jugada anterior a su cambio, En Nesyri vio cómo Isaac Romero fallaba una ocasión clara en la que podría haberle pasado la pelota. Ahí comenzó su enfado, que explotó cuando vio su número en la tablilla del cuarto árbitro.

En los medios oficiales del Sevilla, también le ha quitado la importancia a su enganchón con el entrenador: “La verdad que no ha pasado nada, pero fue un cambio duro porque estaba con los nervios del partido. Yo siempre quiero ayudar al equipo, íbamos uno a cero y no quería salir y estaba concentrado en marcar el segundo gol. Son cosas que pasan. Esto lo tenemos que olvidar y prepararnos para los próximos partidos”.