Había
motivos para ilusionarse con una victoria del Málaga. La conmemoración de los 120 años de fútbol en la ciudad, la preciosa
camiseta 'retro' con la que se saltó a una Rosaleda a reventar, un rival en un gran estado de forma... Se juntaban todos los alicientes para vivir un partidazo, como así fue. Por desgracia, la victoria sigue haciéndose esperar.
El equipo local imprimió un ritmo alto desde el primer momento. El ambiente y las
ganas de ganar, tras dos malos partidos, se reflejaron sobre el verde. La línea de tres centrocampistas carburaba, y Roberto parecía más asistido que en otras ocasiones.
Costaba que llegasen las oportunidades de gol, pero el Málaga acechaba siempre con
desvergüenza el área de Pedro López. Aarón Ochoa, cuya titularidad sorprendió, hizo estragos en la defensa rival con su verticalidad. De sus botas salió una jugada que nadie llegó a cazar en el área, en lo que era una buena ocasión de gol.
Sin embargo, el que golpeó primero fue el conjunto ceutí.
Cedric Teguía remató
sin a penas oposición el centro del lateral Fran, que encontró su espacio ante el mal posicionamiento de Murillo, hoy actuando de lateral izquierdo.
Pese a este revés, los 24.422 espectadores que se
congregaron en La Rosaleda se resistieron a dejar caer a su equipo. El empuje de la grada tuvo sus frutos.
Genaro la tuvo hasta en dos ocasiones de cabeza,
ambas terminando por encima del larguero. Cuando sí se logró el empate fue en el 40'. Kevin provocó una falta en la frontal del área que centró
David Ferreiro. La prolongación en el primer palo hizo que el balón le llegase a
Juande en el segundo. El central, que regresaba a la titularidad, remató con la cabeza y puso el 1-1 para delirio blanquiazul.
Alfonso Herrero salvó el 1-2 con una estética palomita justo antes de que Sergiu Claudiu Muresan señalase el final de la primera parte.
Entre el 45' y el 60' el Málaga vivió, seguramente, su
mejor momento de todo el choque. Los de Pellicer volvieron de vestuarios con una marcha más y gozaron de hasta tres ocasiones para obrar la remontada.
Esta efusividad fue decayendo poco a poco, ante la
imposibilidad de marcar gol. El
Ceuta también tuvo la suya, por mediación de Aisar, que recortó dentro del área y disparó con la izquierda un tiro que se marchó alto.
Roberto gozó de dos oportunidades en los últimos minutos. Primero,
merced a un cabezazo que le pilló demasiado forzado y posteriormente tras un remate en el corazón del área que se marchó a las nubes.
No fue capaz el Málaga de lograr la remontada, pese a un
cabezazo en el último suspiro de Gabilondo que no terminó en gol por la tremenda parada de Pedro López. Tras lo visto en el juego, el empate se pudo considerar justo. La victoria del Ibiza deja a los de Martiricos cuartos con 58 puntos.