Un viaje en el bus sanitario de la Ruta Enfermera

Publicado: 03/05/2024
Fuimos sometidos a una suerte de trivial, tests de hábitos de salud e incluso a un electrocardiograma
Una experiencia especialmente didáctica gracias a los enfermeros y que nos ha hecho reflexionar sobre nuestros hábitos saludables. O los que no lo son tanto. Después de someternos a una serie de pruebas en las que nuestra salud estaba en el ojo del huracán, hemos logrado salir “airosos” del bus sanitario organizado por la Organización Colegial de Enfermería de España, un viaje en el que nos hemos cruzamos con José Luis Sanz, el alcalde, y con parte de la plantilla del Real Betis Genuine.

Durante el camino hemos descubierto otras facetas de la labor de las enfermeras, cuyas funciones pueden abarcar más de lo que en un principio pudiera parecer, por ejemplo, están habilitadas para recetar algunos medicamentos o atienden de forma continuada a los enfermos crónicos, una labor poco conocida. También aprendimos la existencia, que no muchos conocen, de la enfermera de referencia que cada ciudadano tiene asignada, similar al médico de Atención Primaria y al pediatra.

La “aventura” comienza con una serie de infografías en las que se puede leer, por ejemplo, cómo detectar ictus o frases que explican a qué se dedican las enfermeras, pasando luego a un trivial en una de las múltiples pantallas táctiles del interior. El objetivo del juego es, como en el tradicional, reunir los “quesitos” de todos los colores, siendo cada color correspondiente a una categoría de preguntas. Hay un nivel para enfermeras y otro para la población general, siendo este último el que, evidentemente, escogimos.

Teníamos un límite de 15 minutos para completar nuestro gran queso con preguntas sobre enfermeras, vacunas, salud personal, enfermedades crónicas, cuidado de la piel y nutrición. A pesar de un infructuoso inicio -fundamental utilizar crema solar a diario-, logramos completar el juego. “Algunas preguntas del nivel de enfermeras son difíciles hasta para nosotras”, bromeaba una enfermera, por lo que no nos atrevimos a probarlo.



La siguiente “etapa”, unas pantallas en las que se mostraba una serie de vídeos explicativos de Cuídate con tu enfermera, que se pueden encontrar también en Youtube, en el canal del Consejo General de Enfermería. Un autotest sobre el estilo de vida personal sería la próxima prueba. Respondimos preguntas sobre hábitos alimenticios, tabaco, incontinencia, frecuencia de ejercicio y malestares generales. Afortunadamente, los resultados, en este caso, fueron positivos. Esperamos no tener que visitar al doctor próximamente.

La enfermera continuó mostrando una pequeña consulta para pacientes diabéticos cuyo caso “no está muy bien controlado”, a los que se le hace la prueba de hemoglobina glicosilada, que calcula un promedio del azúcar en sangre de los últimos tres meses. Al no ser diabéticos, no nos sometimos a esta prueba. Tampoco a la posterior, dirigida a fumadores o pacientes hipertensos, en la que se realizaba una prueba de tensión arterial y espirometría forzada.

Uno de los puntos más interesantes del tráiler fue la prueba mediante electrocardiograma, que mide el ritmo sinusal. Hubo que esperar antes de hacer la prueba, puesto que delante de nosotros se encontraba el mismísimo alcalde, a quien, por cierto, le salió un ritmo adecuado. En nuestro caso, el electro fue algo accidentado, probablemente por los distintos aparatos electrónicos portados en la mochila, que tuvimos que retirar: la prueba dio un resultado también positivo.

Como último punto del recorrido nos esperaba una encuesta en la que se ponía a prueba nuestro conocimiento sobre el trabajo de las enfermeras. Al terminar se nos fue entregada una totebag y una bolsa con diversos artículos sanitarios, entre ellos un termómetro digital y un pequeño botiquín, muy práctico, por ejemplo, para llevarlo en el coche.

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