Una
experiencia especialmente
didáctica gracias a los
enfermeros y que nos ha hecho reflexionar sobre nuestros
hábitos saludables. O los que no lo son tanto. Después de someternos a una serie de pruebas en las que nuestra salud estaba en el ojo del huracán, hemos logrado salir
“airosos” del bus sanitario organizado por la
Organización Colegial de Enfermería de España, un viaje en el que nos hemos cruzamos con
José Luis Sanz, el alcalde, y con parte de la
plantilla del Real Betis Genuine.
Durante el camino hemos descubierto
otras facetas de la labor de las enfermeras, cuyas funciones pueden abarcar más de lo que en un principio pudiera parecer, por ejemplo, están habilitadas para
recetar algunos medicamentos o atienden de forma continuada a los
enfermos crónicos, una labor poco conocida. También aprendimos la existencia, que no muchos conocen, de la
enfermera de referencia que cada ciudadano tiene asignada, similar al médico de
Atención Primaria y al pediatra.
La “aventura” comienza con una serie de
infografías en las que se puede leer, por ejemplo, cómo detectar
ictus o frases que explican a qué se dedican las enfermeras, pasando luego a un
trivial en una de las múltiples pantallas táctiles del interior. El objetivo del juego es, como en el tradicional,
reunir los “quesitos” de todos los colores, siendo cada color correspondiente a una categoría de preguntas. Hay un
nivel para enfermeras y otro para la población general, siendo este último el que, evidentemente, escogimos.
Teníamos un límite de 15 minutos para completar
nuestro gran queso con preguntas sobre
enfermeras, vacunas, salud personal, enfermedades crónicas, cuidado de la piel y nutrición. A pesar de un infructuoso inicio -fundamental
utilizar crema solar a diario-, logramos completar el juego. “Algunas preguntas del nivel de enfermeras
son difíciles hasta para nosotras”, bromeaba una enfermera, por lo que no nos atrevimos a probarlo.
La siguiente “etapa”, unas pantallas en las que se mostraba una serie de
vídeos explicativos de
Cuídate con tu enfermera, que se pueden encontrar también en Youtube, en el canal del Consejo General de Enfermería. Un
autotest sobre el estilo de vida personal sería la próxima prueba. Respondimos preguntas sobre
hábitos alimenticios, tabaco, incontinencia, frecuencia de ejercicio y malestares generales. Afortunadamente, los resultados, en este caso,
fueron positivos. Esperamos no tener que visitar al doctor próximamente.
La enfermera continuó mostrando una
pequeña consulta para pacientes diabéticos cuyo caso “no está muy bien controlado”, a los que se le hace la
prueba de hemoglobina glicosilada, que calcula un promedio del azúcar en sangre de los últimos tres meses. Al no ser diabéticos, no nos sometimos a esta prueba. Tampoco a la posterior,
dirigida a fumadores o pacientes hipertensos, en la que se realizaba una prueba de tensión arterial y espirometría forzada.
Uno de los puntos más interesantes del tráiler fue la
prueba mediante electrocardiograma, que mide el ritmo sinusal. Hubo que esperar antes de hacer la prueba, puesto que delante de nosotros se encontraba el mismísimo
alcalde, a quien, por cierto, le salió un
ritmo adecuado. En nuestro caso, el
electro fue algo accidentado, probablemente por los distintos
aparatos electrónicos portados en la
mochila, que tuvimos que retirar: la prueba dio un resultado también positivo.
Como último punto del recorrido nos esperaba una
encuesta en la que se ponía a prueba nuestro conocimiento sobre el trabajo de las enfermeras. Al terminar se nos fue entregada una
totebag y una bolsa con diversos
artículos sanitarios, entre ellos un termómetro digital y un pequeño botiquín, muy práctico, por ejemplo, para llevarlo en el coche.