El Sevilla tiró el partido contra el Cádiz y le regaló los tres puntos. Ya sin aspiraciones deportivas, el conjunto nervionense jugó sin intensidad y sin ganas. Cuajó otro partido horrible y perdió gracias a un tanto en el añadido de la segunda parte.

Los de Quique Sánchez Flores le pusieron los tres puntos en bandeja a su rival, que se jugaba la vida. En la primera mitad cualquier rival le hubiera marcado dos o tres goles al Sevilla, el Cádiz ninguno y eso que tuvo una de las ocasiones más claras de lo que llevamos de temporada.

Tras una primera parte infame e indigna de este club, la segunda no fue excesivamente mejor, pero al haber tantos huecos hubo alguna que otra ocasión. El conjunto cadista se tiró a la desesperada a por la victoria pero ni aún así pudo marcar. El Sevilla se encontró con varias ocasiones claras pero no tuvo puntería, ni ganas.

Cuando el partido estaba por acabar y quedaba un minuto, una falta de entendimiento entre Sergio Ramos y Pedrosa regaló el gol para Sergio Guardiola, que resolvió ante Nyland.

Quique Sánchez Flores queda muy tocado tras este encuentro. Partidos como el de esta jornada no se pueden permitir y él es uno de los responsables. Cuando se daba por hecha su continuidad al frente de este equipo, planteó su peor encuentro desde que cogió las riendas de esta plantilla hace unos meses.

El final de la temporada se le va a hacer largo al Sevilla y sobre todo al sevillismo. En el campo la desesperación dio lugar a las risas y al enfado colectivo cuando el árbitro pitó el final.

Quedan dos jornadas por jugarse y el Sevilla tendrá que hacer mucho para arreglar el ridículo de temporada y el ridículo de partido ante el Cádiz.