Este jueves se cumple un año ya desde que comenzase la investigación derivada del hallazgo de los cadáveres en avanzado estado de descomposición de un matrimonio en el interior de su domicilio de Osuna (Sevilla), sin que hayan mediado aún detenciones, según indicaban recientemente a Europa Press fuentes de la Guardia Civil.
En concreto, el pasado 15 de agosto de 2023, la Policía Local de Osuna acudía al domicilio de una pareja residente en el número 58 de la calle Mancilla, dado el tiempo transcurrido sin noticias acerca de las dos personas que habitaban el inmueble.
La mujer, de 41 años y nacionalidad ucraniana, se dedicaba al diseño de ropa femenina y el varón era natural de Barcelona y contaba 77 años de edad. Ambos residían en Osuna desde hacía aproximadamente dos años y medio, vivían de alquiler en el número 58 de la calle Mancilla y estaban empadronados en el municipio desde aproximadamente un año atrás.
Según la alcaldesa, Rosario Andújar, unos familiares de estas personas habrían contactado con la Policía Local de Osuna porque el matrimonio "no respondía" a las llamadas telefónicas desde varios días atrás y les "echaban de menos".
Tras acudir la Policía Local al domicilio, los agentes solicitaron sobre las 14,15 horas la intervención de los bomberos para abrir la puerta de la vivienda y cuando los efectivos lograron al fin acceder al inmueble, encontraron los cadáveres de ambos en avanzado estado de descomposición, así como también plantas de marihuana.
Ante ello, fueron movilizados efectivos de la Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Sevilla para hacerse cargo de la investigación de los hechos.
Las autopsias practicadas a los cuerpos, recordémoslo, reflejaron que la muerte de ambas personas se debió a causas violentas, posiblemente por los golpes recibidos en el caso del hombre fallecido y la asfixia sufrida por la mujer, según informaba el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), precisando que las muertes acontecieron el 11 de agosto, o sea cuatro días antes del descubrimiento de los cadáveres.
Ambos cuerpos fueron plenamente identificados y correspondían a los inquilinos de la vivienda donde fueron hallados los mismos, en el número 58 de la calle Mancilla de Osuna, donde residían de alquiler.
La investigación comenzó a ser instruida por el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número dos de Osuna, que en su momento ordenó el secreto de sumario sobre las actuaciones.