"No se puede olvidar el problema cuando acabe el verano; es necesario empezar a actuar para que en 2025 no vuelva", ha subrayado en un comunicado
Ecologistas en Acción ha defendido la necesidad de apostar por la prevención frente a la expansión del virus del Nilo con acciones eficaces que se desarrollen cuanto antes, en función de conocimientos ya contrastados.
"No se puede olvidar el problema cuando acabe el verano; es necesario empezar a actuar para que en 2025 no vuelva", ha subrayado en un comunicado, en el que ha advertido de que esas acciones se han de aplicar "aprendiendo de errores cometidos" ya que considera que este año "ni se ha activado a tiempo ni utilizado los mecanismo preventivos adecuados".
Ha recordado que ya se sabe que la acción preventiva más adecuada es el tratamiento temprano con el larvicida Bti en todas las zonas del Guadalquivir inundadas a principio de primavera y en el arrozal en junio, nada más llenarse las tablas.
"Está demostrado que es un tratamiento muy efectivo e inocuo para la fauna vertebrada, por lo que lamentamos que no se ha llevado a cabo su aplicación a tiempo, al parecer, debido a la descoordinación entre arroceros y la Administración".
La organización ecologista insiste en las lecciones aprendidas, de forma que "no hay que esperar a que la población enferme para actuar".
"O bien se trata con el larvicida Bti todo espacio inundado próximo a núcleos de población y en el momento adecuado, o se prohíbe la siembra de arroz en torno a los citados núcleos, con un radio de seguridad", ha apuntado.
Asimismo, han indicado que "hay que continuar estudiando los mecanismos de dispersión del virus y, por tanto, del mosquito, para saber a qué nos enfrentamos y cómo actuar".
"Hoy sabemos que las distancias de dispersión son grandes. Los mosquitos se agrupan en nubes que cogen altura y éstas son dispersadas por el viento dominante a muchos kilómetros", ha remachado.
Este hecho, han añadido, "recalca la necesidad del tratamiento preventivo de bajo espectro de las larvas de mosquito, y así evitar contagios en poblaciones que se encuentran a kilómetros de las tablas de arrozal".
Otra de las lecciones de las que cree que hay que aprender es que "a más fauna menor riesgo. Hay especies que frenan la proliferación del virus. Perros, gatos, caballos, gallinas, palomas... son especies que resultan un callejón sin salida para la proliferación del virus, simplemente no pueden replicarse en ellos".
Y también ha apostado por "adoptar estrategias de protección pasiva que generen espacios menos apetecibles para los mosquitos".