María Muñoz, vecina de 88 años de El Pópulo, ha sido, de forma involuntaria, la protagonista de este 2024 a punto de finalizar. La confusión y el temor pintados en su expresión ante las cámaras de televisión y fotográficas a mediados de año relatando la inminente y forzada salida del que fuera su hogar durante décadas porque los propietarios plantaron destinar el edificio a viviendas con fines turísticos removió conciencias. Le ofreció piso Agustín Rubiales, pero finalmente la intervención del Cádiz CF, que adquirió el inmueble y se lo alquiló a precio simbólico, resolvió un drama personal que abrió un debate colectivo todavía sin cerrar.
“Hemos zarandeado toda la ciudad”, aseguró Antonio Gallardo, líder de la Plataforma de vecinos y amigos de El Pópulo, en un acto público para agradecer al club que evitara el desahucio. Pero “hay que seguir con la lucha porque hay muchas María Muñoz en Cádiz”, agregó. La recién constituida plataforma Cádiz Resiste contra la turistificación tomó el testigo y organizó una primera manifestación por el acceso a la vivienda, contra la pérdida de identidad de los barrios por la gentrificación y la sangría poblacional, que tuvo eco en San Juan de Dios.
El PP, que rechazó en la oposición la modificación del PGOU promovida por José María González, Kichi, para limitar las viviendas con fines turísticos, asumió que Cádiz tiene un problema y el alcalde, Bruno García, decidió aplicar la normativa de manera rigurosa, de modo que no se conceden licencias en el casco histórico y, en colaboración con la Junta de Andalucía, perseguir la actividad ilegal, que se ha saldado con una veintena de sanciones hasta ahora. El objetivo es rebajar al 4% el número total.
Cádiz Resiste y la oposición, PSOE y Adelante Izquierda Gaditana, consideran insuficientes las medidas y reclaman la prohibición de abrir nuevos alojamientos de este tipo en el conjunto de la ciudad. Los socialistas incluso advierten de una “burbuja hotelera” que ocupará incluso, como en el caso del Campo de las Balas, espacio público.
No hay turismofobia detrás de estos planteamientos, advierten los actores, sino un serio problema para vivir en Cádiz. De hecho, el padrón ha vuelto a reducirse y se han disparado las alarmas. Si la capital rebaja los 100.000 habitantes, el mazazo económico para las arcas municipales comprometerían inversiones y servicios públicos. “Nos va la vida” en frenar la pérdida de población, dijo el primer edil recientemente, quien fía a la construcción y la recuperación de fincas por medio de un convenio urbanístico con el Gobierno de Juanma Moreno; y al empleo la recuperación demográfica. Convive Cádiz, representantes del sector de las viviendas turísticas, recuerda también que hay que meter mano a miles de casas vacías. El reto es mayúsculo.