La visita del Valencia CF era para el Sevilla Fútbol Club un encuentro más importante de lo que pudiera parecer. Los aficionados del conjunto hispalense, que conocen de sobra el momento que atraviesa su equipo, sabían que la situación nerviosa que se vive en Nervión podría haber propiciado un tropiezo que únicamente evitó Pedrosa con la ayuda de Mamardashvili cuando la derrota parecía inevitable.
Porque el fin de semana había comenzado movido con una Junta General de Accionistas en la que esta vez sí pasaron cosas. El grupo conocido como ‘los americanos’ no alineó su voto con José María del Nido Benavente, y el expresidente del combinado blanquirrojo vio cómo el actual Consejo de Administración aprobaba unos presupuestos que van de mal en peor gracias a la abstención de las acciones de 777 Partners.
Con la vía penal como amenaza de cara a futuros juicios, el máximo accionista se marchó a su casa sabiendo que no podría vivir el encuentro del sábado en directo desde el Ramón Sánchez-Pizjuán debido a la sanción de 20 partidos que el club le ha impuesto por los hechos que sucedieron en el antepalco sevillista el día del derbi. Los que sí estuvieron en el feudo hispalense fueron Jesús Navas, ya como exjugador del cuadro de Nervión, y Monchi, que fue aclamado por la hinchada blanquirroja delante de Víctor Orta, que en su momento formaba parte del equipo del isleño y ahora comanda la dirección deportiva más criticada del último siglo.
Cuando Luis Rioja, bético confeso para más inri, abrió el marcador, las esperanzas parecieron desvanecerse. El equipo, desordenado y sin alma, rescató un punto al final de un encuentro en el que debutó Rubén Vargas, tiro al palo incluido. Nadie se libró de la bronca de la afición, y los 23 puntos del casillero parecen aún insuficientes.
