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Sevilla

Sevilla tendrá presupuesto, con el sí de Vox tras un “despiste” de su portavoz

La celebración del Pleno ha evidenciado dos bloques muy diferenciados, con Sanz defendiendo el acuerdo con Vox y el PSOE advirtiendo que “no nos busquen”

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  • Cruce dialéctico entre la izquierda, que denuncia el retroceso institucional, y Vox, que defiende sus postulados ideológicos
  • El Pleno contó con sus habituales desalojos, cinco en total, con especial exigencia en el abandono de la dependencia

Yo ya tengo lo que quería, que es un presupuesto para 2025, que es de todos y en el que usted (por el portavoz del PSOE, Antonio Muñoz) no ha querido participar”. Así resumía el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, la aprobación inicial del proyecto presupuestario para este año gracias al apoyo de Vox, que no abstención, por un “despiste” en la votación de su portavoz, Cristina Peláez, en un Pleno en el que se ha evidenciado los dos grandes bloques ideológicos, con Sanz defendiendo el acuerdo con la ultraderecha y con la izquierda denunciando el retroceso institucional y con el PSOE advirtiendo que “no nos busquen cuando su socio les falle”.

No hubo escraches ni algaradas antes del Pleno extraordinario que certificaría el pacto para darle un presupuesto con “sellito de Vox” al PP y sí los habituales desalojos por protestas en el salón plenario, hasta cinco en total, todos en contra del acuerdo con la ultraderecha, con especiales reclamaciones de las que reclaman más fondos para la dependencia y la ayuda a domicilio pero también de los animalistas, que consideran que Vox atenta contra la Ley de Bienestar Animal, y de los centros de atención de la mujer.

La única novedad fue el sentido de voto de Vox pero no por cambiar el resultado de la votación en sí, que era la aprobación inicial del presupuesto. La portavoz, Cristina Peláez, que en la tarde del martes confirmaba la abstención del grupo, se despistaba y votaba sí a las cuentas de 2025, un “despiste” que hace oficial el resultado por bloques compactos: el sí de la derecha y el no de la izquierda. No erraron en la votación de las dos enmiendas a la totalidad, la del PSOE y la de Con Podemos-IU, en la que el sentido del voto se invirtió, rechazadas por PP y Vox y apoyadas por los dos partidos de izquierda.

 

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Como se esperaba, el acuerdo entre PP y Vox centró las críticas de la oposición y los firmantes se esforzaron en defender lo acordado. El primero, el propio alcalde, que ante las críticas del PSOE y Con Podemos-IU ante la entrada de las políticas de ultraderecha en el presupuesto, aseguraba que “no veo a la ultraderecha en este Pleno y sí a partidos que pactan con los herederos de ETA, los independentistas que quieren destruir el país, los que cuestionan la Constitución del 78 y los del laboratorio experimental de Madrid para desmantelar el estado de derecho”.

De hecho, Sanz no rehusó a responder a las críticas de la oposición, especialmente las del PSOE. “Yo ya tengo lo que quería, que es un presupuesto para 2025, que es de todos y en el que usted no ha querido participar”, le espetaba al socialista Antonio Muñoz, que antes había definido el pacto como el de las “termitas”, comparando el acuerdo con un Arca de Noé que terminará hundiéndose. “Si usted se hunde, allá ustedes, pero no hundan a la ciudad”, le pedía a Sanz.

El alcalde volvía a criticar que Muñoz estuviera “obsesionado con bloquear todo” y le invitaba a seguir “crispando y gritando” mientras ellos se dedicaban a “resolver los muchísimos problemas de la ciudad” que el PSOE no solucionó en ocho años de gobierno. Y lo decía después de que el socialista les recordara su apoyo en temas claves de ciudad, especialmente de urbanismo o hacienda, y les advertía: “Ha roto todos los puentes con este grupo. No nos busque cuando sus socios le fallen”.

Su socio, “preferente”, se encargó ayer de confirmar que las enmiendas aceptadas por el PP, les permiten “desterrar la política socialista y sus redes clientelares”, en referencia a su intención de eliminar lo que consideran un “despilfarro” en sindicatos, feminismo, igualdad, apoyo a la inmigración ilegal o cooperación. “No actuamos para agradar a la izquierda”, aseguraba Cristina Peláez, que hasta pedía disculpa por relatar con “hilaridad” la relación de ayudas de las que han detraído los fondos y en las que no falta “ninguno de sus palabros”.

Eso sí, la defensa a ultranza que realizó Peláez de sus postulados no le impidió que se dirigiera al PP para recordarle que el acuerdo “no es un cheque en blanco” y para exigirles que ejecuten el presupuesto y que estarán muy vigilantes con los otros grandes problemas que tiene la ciudad, como es el caso de la limpieza, la seguridad, la movilidad o los servicios públicos.

Los más críticos con Vox fueron los dos miembros de Con Podemos-IU. Su portavoz, Susana Hornillo, consideró que “la involución no es justificable” por un presupuesto, los acusó de “racismo institucional” y de “criminalización de los inmigrantes”, y consideró que Sevilla “ha hecho historia y no para bien, una declaración de intenciones de lo que se nos viene encima”, y que, advirtió, tendrá su oposición en las calles.

Más duro si cabe fue Ismael Sánchez ante un pacto que tachó de “infame”, en el que no se sabe si “pesa más el machismo de la ultraderecha o su odio a los sindicatos”, una “vergüeza” por su “abandono absoluto” de la Memoria Histórica e “indecente” el recorte en cooperación, especialmente por poner que “cero euros para Palestina”.

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