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Sevilla

Polígonos... sin dinero

Sólo se incluyen 2,6 millones para los polígonos y condicionados a operaciones con el patrimonio de suelo

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  • Políticos -

El pasado verano, el delegado de Empleo, Gregorio Serrano, y el de Urbanismo, Maximiliano Vílchez, se reunieron en el polígono industrial El Pino con el presidente de los empresarios allí radicados, Fernando Bellido, y el de la Asociación de Parques Empresariales de Sevilla (APES), Antonio López Balbuena, respectivamente. Ambas partes acordaron comenzar a implantar las Entidades Urbanísticas de Conservación en cada uno de los polígonos industriales de la ciudad con la idea, según Serrano, de tener un solo interlocutor con los representantes de los espacios productivos.
Las Entidades Urbanísticas de Conservación son, por decirlo de una manera simplista, el equivalente a las comunidades de vecinos de los bloques de viviendas pero en el ámbito de los espacios empresariales, y entre sus objetivos principales suele figurar, como su nombre indica, la conservación de las obras de urbanización y el mantenimiento de las dotaciones e instalaciones de los servicios públicos.
El hecho de que a estas alturas del siglo XXI aún se esté planteado la creación de las Entidades en los polígonos sevillanos ya denota el atraso en que se encuentran, pese a ser elementos claves en la economía de la ciudad. Como dato comparativo, baste señalar que los estatutos de la Entidad de Conservación del Parque Científico y Tecnológico de la isla de la Cartuja, sucesor de la Expo-92, fueron aprobados el 20 de diciembre de 1993, hace casi veinte años, cuando la inmensa mayoría de los polígonos industriales de Sevilla, por no decir todos, son anteriores al parque cartujano. Sólo en este aspecto ya llevan una veintena de años de retraso.
En aquella reunión, el delegado de Economía destacó la importancia que los polígonos industriales tienen para Zoido, con estas palabras: “El alcalde tiene un especial interés en los polígonos industriales porque no son sólo realidades urbanísticas, sino también económicas y de convivencia, y son una parte fundamental del desarrollo económico de la ciudad”.

Sin traducción presupuestaria
Este discurso oficial contrasta con la denuncia del Grupo Socialista tras el análisis de las partidas del Presupuesto de Sevilla para el año en curso. Según el PSOE, en las cuentas para este ejercicio sólo se incluyen 2,6 millones de euros para los polígonos, y condicionados además a operaciones con el patrimonio de suelo que, por ende, carecen de documentación justificativa. Por tanto, existe un elevado riesgo de que puedan quedarse sin ejecutar estas inversiones, como ya habría ocurrido el año pasado con otra partida de similar cuantía y que venía rebotada de años anteriores.
Esta es una inveterada costumbre en el Ayuntamiento, gobierne quien gobierne. De la necesidad y urgencia de invertir en los polígonos, algunas de cuyas calles han llegado a presentar un aspecto tercermundista por la cantidad de baches en el asfalto, se viene hablando desde siempre, y en esa línea se consignan partidas presupuestarias... que se vuelven a repetir de unos Presupuestos a otros porque con demasiada frecuencia o no se ejecutan o no se gastan al 100%.
Y ahora, cuando por la crisis la ciudad necesita más que nunca que los polígonos emerjan como focos de dinamización para tratar al menos de contener un paro que afecta a casi 90.000 sevillanos, la situación apenas ha mejorado. Durante su mandato, Monteseirín, a la vista de la marcha de empresas emblemáticas y de la recalificación de sus suelos para su conversión en las mucho más lucrativas viviendas de la época de los ‘pelotazos’ inmobiliarios, prometió una apuesta por la economía productiva en vez de por la especulativa o suntuaria.
A la hora de la verdad, sin embargo, dedicó a las ‘Setas’ de la Encarnación hasta el dinero destinado por los promotores inmobiliarios, a cuenta del PGOU, para la ejecución de las infraestructuras urbanísticas de los futuros barrios de la ciudad. Si los 102 millones de euros gastados en el Metropol-Parasol se hubieran invertido en revitalizar los espacios productivos de la ciudad, hoy serían al menos un excelente escaparate para la captación de inversiones foráneas en Sevilla con las que crear empleo.

Propuesta alternativa
Con la llegada de las ‘vacas flacas’, los escasos 2,5 millones de euros, condicionados además a la obtención de ingresos por operaciones con el patrimonio municipal de suelo, que ha consignado Zoido en los Presupuestos denotan que los polígonos industriales no son precisamente la prioridad de este Ayuntamiento a la hora de afrontar la crisis. Si lo fueran, aun escaseando el dinero, por lo menos esa partida sería neta y finalista, sin depender de ninguna otra actuación municipal.
Como alternativa de mínimos, el Grupo Socialista, liderado por Juan Espadas, ha propuesto al gobierno local que rescate hasta 1,3 millones sin uso definido en el área de Hacienda y los agregue a los remanentes de tesorería que por valor de 2,5 millones no fueron utilizados en 2012. Se dispondría así, de entrada, de 3,8 millones no dependientes de operación alguna para revitalizar los polígonos. Como dato comparativo, el Ayuntamiento ha destinado 9 millones de euros a arreglar las calles de la ciudad.
En su crítica a las Cuentas Públicas para este 2013, el Grupo Socialista ha subrayado además que no existe ni un solo programa concreto para los polígonos industriales con cargo a fondos europeos, un tema de mucho mayor calado de lo que parece porque fue, justamente, una de las propuestas-estrella de Zoido cuando aún se hallaba en la oposición.

Valencia como modelo
El hoy alcalde hizo entonces un diagnóstico bastante aproximado de la situación en que se encontraría la ciudad en caso de alcanzar el bastón de mando: dado el elevado endeudamiento del Consistorio (entre 550 y 600 millones de euros en números redondos), las únicas posibilidades de inyectar dinero en la economía sevillana no provendrían de la Administración local, sino de la inversión privada y de la captación de fondos de la Unión Europea.
Salvo el mercado gourmet del Barranco, adjudicado a una empresa respaldada por el torero Francisco Rivera Ordóñez y el periodista Carlos Herrera a cambio de un canon anual de 230.000 euros durante 25 años y que se trataba de un proyecto heredado de Monteseirín, el actual Ayuntamiento aún no ha sido capaz de captar ningún gran proyecto para la ciudad y hasta ha dejado escapar dos significativos: el Decathlon en la isla de la Cartuja y el Caixafórum en las Atarazanas. Mientras sigue culpando a la Junta de Andalucía del bloqueo de proyectos como la venta de la Gavidia para uso comercial, inviable conforme al actual PGOU, al gobierno de Zoido le queda la segunda opción, la de captar fondos europeos, para la que se inspiró en el Ayuntamiento de Valencia, de su mismo signo político.
Durante un acto celebrado en los Jardines de la Buhaira en marzo de 2011 y en el que estuvo acompañado de la alcaldesa valenciana, Rita Barberá, Zoido defendió la necesidad de aprender de experiencias como las protagonizadas por la capital del Turia en la obtención de fondos comunitarios, sobre todo porque en su opinión el gobierno de coalición PSOE-IU había omitido esta fuente de financiación. El gobierno municipal que encabezaba Alfredo Sánchez Monteseirín (PSOE) había sido “muy poco activo” -dijo- a la hora de buscar y cosechar ayudas derivadas de los fondos comunitarios, y “se ha limitado a recibir los fondos que le han llegado de alguna u otra manera”.

El hoy alcalde y sucesor de Monteseirín aplaudió la “ejemplar” política del Ayuntamiento de Valencia en la captación y gestión de fondos comunitarios, dado que las convocatorias de cohesión de la Unión Europea son “un importante mecanismo de financiación de proyectos de alto impacto” para las ciudades.

En ese sentido, puso como antiejemplo el caso de la Asociación para la Promoción Exterior de Sevilla (APES), pues “su página web no funciona y nadie contesta al teléfono” disponible en Internet por lo que a este organismo municipal se refiere. Por eso, Zoido se mostró dispuesto a aprender de la experiencia de Valencia y “poner en marcha medidas para mejorar la captación y gestión de estos fondos”. “El alcalde, en 12 años, no ha tenido una sola reunión con las direcciones responsables de estos fondos ni ha viajado a Bruselas (Bélgica) para este motivo”, se quejaba en alusión a Monteseirín.

Entre sus propuestas para contrarrestar la situación, figuraba la de incrementar la participación de Sevilla en las redes europeas de ciudades, emprender una “estrategia clara” en el Ayuntamiento que implique “a todos los departamentos municipales” a la hora de priorizar los proyectos y acudir a las convocatorias comunitarias y, sobre todo, crear “un equipo reducido pero muy especializado” encargado de captar estos fondos comunitarios con la redacción y presentación de los proyectos. En esta línea, Zoido propuso también fomentar la colaboración público privada y establecer “correctos” controles y evaluaciones del uso de estos fondos, pues hasta el momento el Ayuntamiento ha sido “muy poco riguroso” en este aspecto e incluso muchas aportaciones comunitarias habrían sido devueltas.

Barberá detalló junto a Zoido que en los últimos años el Ayuntamiento de Valencia ha captado casi 200 millones procedentes de Europa, lo que se ha traducido en 78 proyectos con efectos en unos 40 barrios valencianos y, principalmente, en la renovación de la red de saneamiento y distribución de agua de la ciudad. “Es un compromiso con Europa para mejorar la calidad de vida de los vecinos”, dijo la alcaldesa de Valencia, quien lamentaba la “inacción” del gobierno municipal hispalense en esta materia, pues el socialista Sánchez Monteseirín “está perdiendo oportunidades de inversión y despreciando recursos de financiación”.

En noviembre de 2011, a los cinco meses de la toma de posesión del nuevo alcalde, la empresa Sevilla Global organizó unas Jornadas sobre Programas Europeos, en cuyo marco el Ayuntamiento anunció la constitución del prometido grupo de expertos que ejercería “funciones de coordinación, dinamización e impulso de la participación de Sevilla en la UE”. En el tiempo transcurrido desde entonces, Sevilla Global ha sido eliminada, Zoido camina hacia el ecuador de su mandato y nuestra ciudad aún no ha sido capaz de emular a la Valencia de Rita Barberá y sus 200 millones captados en Bruselas.

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