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La Fiscalía mantiene su petición de 37 años de cárcel para el hombre que mató a su ex

En Marchena

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La Fiscalía de Sevilla ha mantenido este miércoles su petición de 37 años de prisión para el hombre acusado de matar supuestamente a su sobrina y, a la vez, expareja sentimental tras propinarle 32 puñaladas en Marchena el día 27 de diciembre de 2011.

   Durante la tercera sesión del juicio con jurado popular sobre este caso, la Fiscalía ha ratificado su escrito de acusación provisional, consultado por Europa Press y en el que solicita para el imputado 25 años de prisión por un delito de asesinato, once años por un delito de asesinato en grado de tentativa cometido sobre el que era novio de la víctima, al que asestó una puñalada en el cuello, y un año de cárcel por un delito de quebrantamiento de condena.

   El imputado, Fernando F.G., tenía una orden de alejamiento hacia la víctima y hacia su domicilio, pero presuntamente entró en la vivienda cuando estaba vacía y se escondió a oscuras en su habitación con un cuchillo en la mano.


   Fue entonces cuando el novio de la víctima entró y Fernando le asestó una puñalada, supuestamente, tras lo que se dirigió hacia su expareja y le propinó otras dos.

   La fiscal ha manifestado en la tercera sesión del juicio su escrito de acusación inicial, según el cual la muerte de la expareja de Fernando no fue inminente, sino paulatina, por lo que la víctima sufrió todas las cuchilladas estando viva, ateniéndose al testimonio de los forenses que confirmaron este extremo.

   Por otra parte, la Fiscalía ha aludido a la actitud del acusado el día de los hechos, cuando su intención fue matar a su expareja, y que en ese momento se encontraba en plenas facultades y no tenía ningún trastorno, a pesar de que el acusado se sujeta a que estaba ebrio.

    La letrada que ejerce la acusación particular en nombre de la familia de la fallecida ha manifestado su seguridad de que Fernando lo tenía todo premeditado y que "quiso causar el mayor dolor posible". Además, no tuvo reparo en acuchillarla a pesar de que la hija de ambos estaba delante.

   De su lado, el abogado del novio de la víctima ha acusado al imputado de un delito de asesinato en grado de tentativa, ya que portaba un arma y estaba escondido detrás de una puerta y a oscuras, por lo que su cliente no tuvo tiempo de defenderse. El abogado ha asegurado que si no llega a salir corriendo de la casa y se queda en el dormitorio, "estaríamos hablando de dos muertes en vez de una".

   El abogado del Estado ha calificado el hecho como una "monstruosidad" y ha asegurado que nunca ha conocido un crimen como este, en el que el asesino tiene "una personalidad relevante, con alto peligro social y con falta de empatía" hacia su sobrina, su expareja y la madre de su hija.

   El letrado encargado de defender a Fernando ha señalado, por su parte, que se trata de un homicidio, al no ser un asesinato consumado ya que su intención cuando atacaba a la víctima era "acabar con su vida, pero no aumentar su dolor". Sobre las heridas de defensa que, según los forenses, presentaba el cuerpo de la víctima en la mano derecha, el abogado ha subrayado que no hubo lucha porque, tras la primera puñalada, la mujer calló al suelo inconsciente y no pudo defenderse.

   Con respecto al novio de la víctima, el abogado ha defendido que se trata de un delito de lesiones, y no un asesinato en grado de tentativa, porque antes de que Fernando le propinara una puñalada tuvieron un enfrentamiento y la herida que sufrió, según el informe médico, fue "superficial y no hizo falta hospitalización".

EL ACUSADO PIDE PERDÓN A LA FAMILIA DE LA VÍCTIMA

   En la sesión de esta mañana, el abogado ha reseñado que su defendido declaró textualmente, justo después de ser detenido, que siguió apuñalándola "para que no sufriera".

   Desde que dio comienzo la vista oral, el acusado ha mantenido que creyó que la víctima estaba muerta tras haberle dado las dos primeras puñaladas, y "por eso avisó a los vecinos y amigos de lo que había hecho".

   Una vez las distintas partes personadas han concluido sus informes, el acusado ha hecho uso de su derecho a la última palabra y ha asegurado que se arrepiente de todo lo que hizo y que pide perdón "a la familia --de la víctima-- y a mi familia".

   Asimismo, Fernando ha añadido que no era consciente de lo que hacía porque "estaba bajo los efectos del alcohol". En su declaración, Fernando aseguró que había bebido entre 25 y 30 cervezas, por lo que, según él, cuando ocurrieron los hechos estaba ebrio.

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