Astilleros otro proyecto que se queda sin adjudicar

Publicado: 28/11/2013
La Autoridad Portuaria confirma que el concurso ha quedado desierto
El concurso convocado por la Autoridad Portuaria de Sevilla con el objetivo de otorgar la concesión administrativa para habilitar las instalaciones de dique seco y varadero de la instalación portuaria, así como su explotación para la prestación de servicios de astillero de reparación, certificación de buques y actividades complementarias ha quedado finalmente desierto, según ha informado a Europa Press el Puerto hispalense.

    Este concurso, cuyo plazo de presentación de ofertas finalizaba este jueves, se llevaba a cabo después de que Sevilla Shipyard presentara una oferta al Puerto para la explotación del terreno público del Puerto, lo que provocó que tuviera que abrirse un proceso para analizar si había más ofertas en la misma línea, un proceso que se desarrolló a partir de mayo y al que se presentó también la sociedad 'Astillero del Guadalquivir'. Así, tras concluir a finales de julio que las dos ofertas presentadas en el proceso abierto en mayo cumplían los requisitos pertinentes, como eran la presentada inicialmente por Sevilla Shipyard para la reparación naval y la de la sociedad 'Astillero del Guadalquivir', se procedió a abrir un concurso en el que hasta tres empresas se mostraron interesadas.

   Sin embargo, fuentes de la Autoridad Portuaria han confirmado a Europa Press que finalmente el concurso ha quedado desierto, pese a que fue abierto ante el interés demostrado por diversas empresas. Así, han dejado claro que desde el Puerto se continuará trabajando para poner en carga este espacio.

   Según el pliego de condiciones al que tuvo acceso Europa Press, el terreno a explotar ocupa una superficie total de 12.000 metros cuadrados, incluyendo las instalaciones de varadero y dique seco del puerto hispalense, y se apuntaba a una concesión por un plazo máximo de 20 años, con posibilidad de dos prórrogas de cinco años. Las propuestas debían incluir un volumen de negocio mínimo de siete millones en sus tres primeros años de vida, de nueve millones del cuarto al sexto año y de once millones del séptimo al vigésimo, siendo excluidas aquellas empresas que no alcancen estas previsiones.

   El documento que marca las características del proyecto apunta a la "preferente" implantación y explotación de los servicios de astilleros de reparación y certificación de buques, recogiendo como posibles actividades complementarias la nueva construcción o modificado de embarcaciones y elementos flotantes, de bloques navales o estructuras metálicas, así como el desguace y achatarramiento de cualquiera de los elementos anteriores. Sin embargo, advertía de que serían excluidas aquellas ofertas que no contemplen el desarrollo de la "actividad preferente" o no propongan el desarrollo completo del ámbito concesional.

   El inicio de la explotación debía producirse en un máximo de 18 meses y la inversión en el dique seco finalizarse en 24 meses. Las instalaciones del varadero deberían estar operativas y disponibles en un máximo de cinco años desde el inicio de la explotación.
LAS DOS PROPUESTAS

    Sevilla Shipyard solicitaba al Puerto una concesión administrativa para la reparación naval en una parcela de unos 11.000 metros cuadrados, así como las instalaciones ubicadas en el dique seco del Puerto y un área de edificio contiguo. Este proyecto, nacido de la mano de Luis Ramón de Celis, proyectaba la creación de un negocio de reparación de naves que comenzaría con una inversión inicial de un millón de euros para generar unos 100 puestos de trabajo directos y hasta 700 indirectos.

   Más tarde, a principios de junio, llegaba la oferta de la sociedad 'Astillero del Guadalquivir', una empresa andaluza, que había hecho lo propio dentro del trámite de competencia de proyectos habilitado por la Autoridad Portuaria al ser formalizada una primera propuesta.
SIN ACTIVIDAD DESDE 2011

    En este marco, cabe recordar que el astillero de Sevilla detuvo completamente su actividad el 31 de diciembre 2011 tras una larga agonía financiera y económica. Tras su segregación de la antigua sociedad naval 'Izar', extremo que separó al astillero hispalense de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el astillero entró en una lenta deriva hasta su adquisición por parte de los Astilleros de Huelva. No obstante, el funcionamiento de los astilleros bajo la gestión de los empresarios onubenses tampoco prosperó y, finalmente, las instalaciones fueron clausuradas al finalizar 2011 al arrastrar la sociedad gestora una deuda de aproximadamente 193 millones de euros.

   Así, el astillero de Sevilla cerraba tras casi 60 años de actividad y haber gozado de volúmenes de producción que, por ejemplo en los años 80, implicaban la contratación de hasta 5.000 personas. Desde entonces hasta ahora, no obstante, los astilleros sevillanos han albergado algunas operaciones puntuales, como la reparación del velero alemán Alexander von Humboldt o la finalización del ensamblaje del ferry encargado en 2007 por la naviera 'Viking Line'.
 

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