Siempre he sentido una fascinación y predilección muy especial por el trabajo de Tracy Chapman, y la misma se ha fortalecido con el paso del tiempo, a medida que la repercusión de su obra iba aminorando desde el punto de vista comercial. Es más, esa fascinación entiendo que no se refiere ya sólo a sus composiciones, sino que contempla el plano personal.
Acaban de cumplirse 20 años desde la publicación de su primer trabajo, uno de los discos más vendidos del año gracias a piezas magistrales como
Fast car, Baby can I hold you? o
Talkin´about a revolution, y lo cierto es que a estas alturas seguimos sabiendo tantas cosas de Tracy Chapman como entonces; si acaso, que en el transcurso de la última década ha hecho más presente en sus canciones la presencia de Dios, o que mantuvo una relación con la escritora Alice Walker -desvelada por esta última a posteriori-. Por contra a lo que ocurre con cualquier otra estrella de la música, Chapman ha logrado que la estricta vinculación mantenida con sus seguidores se limite al campo musical.
Este 11 de noviembre publica su nuevo trabajo,
Our bright future (Nuestro brillante futuro), en el que se nos muestra mucho más delgada, aunque con el rostro esperanzado, incluso satisfecho, acorde con una trayectoria en la que ha forjado un estilo propio -marcado por la particularidad de su voz- y de una progresiva madurez que, si bien la ha distanciado de las grandes masas de sus inicios, desprende una delicada evolución puesta de manifiesto a partir de un disco que fue toda una declaración de intenciones,
New beginning (Nuevo comienzo), publicado en 1995, con el que rompía con cierta tendencia monocorde derivada del éxito de su primer disco.
Our bright future puede marcar también un nuevo comienzo, al menos lo es desde el plano de la composición, de los arreglos, de la propia cultura musical atesorada por Chapman, que la lleva a recorrer diferentes estilos, a veces sólo insinuados, otras de una preclara inspiración, y basados en la tradición musical norteamericana, que convierten este trabajo en algo excepcional. Ella lo sigue siendo.