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La ablación de clítoris es contraria al Islam, según una islamóloga

La islamóloga y vicepresidenta de la asociación Unesco para el diálogo interreligioso, Yaratullah Monturiol, ha señalado, en una entrevista con Efe, que la mutilación genital femenina es anterior y contraria a los preceptos del Islam, ya que la sexualidad musulmana acepta el placer para mujer y homb

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La islamóloga y vicepresidenta de la asociación Unesco para el diálogo interreligioso, Yaratullah Monturiol, ha señalado, en una entrevista con Efe, que la mutilación genital femenina es anterior y contraria a los preceptos del Islam, ya que la sexualidad musulmana acepta el placer para mujer y hombre. 

Yaratullah Monturiol, que nació en el seno de una familia católica barcelonesa y abrazó el Islám hace 24 años, ha publicado el libro Dones a l’Islam. Autodeterminació (Mujeres en el Islám. Autodeterminación), editado por Trabucaire (Perpiñán, Francia). 

Dedica un capítulo de su libro a la sexualidad femenina y no evita hablar de la ablación de clítoris que se practica en algunos países islámicos, para asegurar con rotundidad que “la ablación femenina no es Islam”, aunque admite que es un tema que “tendría que haberse trabajado más desde el Islam, así como también la sexualidad femenina”.
Con estudios en varias universidades coránicas, Monturiol, de 48 años, se considera feminista islámica y rechaza de pleno la ablación de clítoris, “que trae muchas consecuencias traumáticas y peligrosas para la mujer y puede impedir el placer sexual femenino”. 

Secretaria general del Grupo Internacional de Estudio y Reflexión sobre Mujeres e Islam, con sedes en Barcelona, Rabat y Bruselas, esta estudiosa del Islám considera que “el reto de este siglo para el feminismo es la solidaridad femenina y el trabajo conjunto dentro de la diversidad”. 

Monturiol aborda también en su libro la utilización del velo, el hiyab, en el capítulo titulado Espacio público y privado, aunque dice que este es un asunto sobre el que intenta ahorrarse explicaciones “porque es una excusa para distraernos sobre otros problemas de fondo y una instrumentalización de la mujer islámica”. 

Aún así, se refiere a ello durante la entrevista y manifiesta que “hay que respetar la libertad de esa apariencia”, ya que “hay muchos y diferentes motivos para llevarlo: a veces por sumisión, otras por resistencia a la asimilación cultural, por razones de visibilidad o por una intransferible espiritualidad, pero no por provocación”.

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