A partir de las 21.00 horas se acabará la guerra psicológica y comenzará la batalla de verdad, la que se libra sobre el césped. Atrás quedarán declaraciones como las de Iñaki Alonso, técnico irundarra, que sacaba pecho afirmando que “el Cádiz tiene un problema”. Lejos quedarán las alusiones de Peguero a los gastos de papel higiénico en San Sebastián. A las 21.00 de esta noche, el único papel que se verá en el Carranza será el de los que arrojen los aficionados para recibir al equipo cadista en la primera de sus dos finales ante el Real Unión de Irún.
Durante toda la semana, Javi Gracia ha concienciado a sus jugadores de la importancia de estar concentrados al cien por cien. En una eliminatoria de ascenso, un simple descuido puede costar un gol en contra, y eso, en casa, resulta todo un peligro. Así las cosas, los guardianes del centro de la defensa cadista, Mansilla y Fragoso, no podrán perder de vista a Goicoetxea, el máximo goleador del conjunto irundarra y todo un peligro para los porteros contrarios.
Si Iñaki Alonso, técnico del conjunto vasco, se ha mostrado seguro de que su equipo marcará, los cadistas se centran en no encajar goles hoy, al tener valor doble los anotados fuera de casa.
Ayer, el Cádiz entrenaba a puerta cerrada por la mañana, mientras que el Real Unión hacía lo propio por la tarde en las instalaciones del Novo Sancti Petri. Ningún técnico quiere dar pistas, aunque las cartas ya están echadas y la hora de verdad se acerca. Hoy, el Cádiz podría dar el primer paso de su vuelta a Segunda División.