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Sara, una transexual que derriba muros y que quiere ayudar

Acaba de dar un nuevo paso moral en su proceso de transición, inscribirse en un instituto con su nombre de mujer

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  • Sara -

Sara Berrocal, una mujer transexual de 40 años, acaba de dar un nuevo paso moral en su proceso de transición, inscribirse en un instituto con su nombre de mujer, y la experiencia que está viviendo la quiere llevar a formar una asociación para otras mujeres en su situación.

Su idea, vista la experiencia personal que está viviendo, es ayudar a otras mujeres transexuales "para que tengan herramientas y conocimientos para su autogestión, ya que se dedicará al asesoramiento integral y sociolaboral de personas transexuales, no necesariamente de una determinada edad, al menos la mínima requerida legalmente para trabajar".

Como ha explicado a Efe, parte de lo logrado ha sido gracias a la Ley Integral de Transexualidad Andaluza, con la inscripción en un grado medio de atención a personas en situación de dependencia, "y después continuaré con el grado superior y haré integración social", como parte del temario oficial del centro.

Nacida en Cádiz y vecina de la barriada del Parque Alcosa de Sevilla, se reconocía como mujer transexual desde los 17 años, pero ser el primogénito de mi madre y único "varón" retrasó todo, "y siempre pensé en como podría decepcionar a mi madre y eso era lo que hacía que me debiera de mostrar lo que de mí se esperaba como varón".

En el marco actual, se planteó estudiar las posibilidades reales de vida "en una sociedad patriarcal, y comenzó a buscar información de asociaciones en Andalucía", justo cuando se acababa de aprobar la citada Ley, "pero lo que encontraba era sobre tratamientos hormonales y procesos médicos en un porcentaje muy alto, pero mis inquietudes son laborales, por edad y necesidad material, cosa que echo en falta en relación a mi transexualidad".

Por ello, decidió crear su propia asociación, "que quiere destacar ampliamente el aspecto sociolaboral de las mujeres transexuales y transgénero (conceptos muy distintos), por lo que inicié el proceso para crear la asociación y gestionarla y basar el proyecto sobre las habilidades propias innatas que todo el mundo posee y que no han sabido o podido desarrollarlas o inclusive desconocen".

Entre otras cosas, su lucha persigue que se ejerza la Ley, "puesto que muchas chicas transexuales desconocen los canales, y es que la mayor parte del funcionariado andaluz desconoce muchos aspectos, aunque la Junta dice haber hecho un protocolo de actuación, para todos los ámbitos, los que si me constan, son al menos los sanitarios y los de educación".

El instituto en donde se ha inscrito es 'Isbilya', un centro público, porque "para mí era importante que así fuera, por convicción y por condición", y la inscripción la ha podido gestionar, a pesar de que aún no tiene nombre de mujer en su DNI, mediante el artículo 9 de la citada Ley, que dice que para todo aquel trámite con la administración andaluza donde deba constar el DNI, la persona interesada podrá poner su nombre femenino y las siglas del masculino".

"Tuve que poner los dos nombres, pero para la documentación administrativa del centro, como listas de alumnos y demás que se expongan y para el uso de mi nombre en clase como para dirigirse a mi persona etc.., será siempre en femenino, así como el uso de las instalaciones y baños destinados al género manifestado", explica.

Para tener el DNI con el nombre femenino aún tendrá que esperar algo más de un año, cuando al menos lleve dos con el tratamiento hormonal previo a las primeras operaciones de cambio de sexo.

Sara se alegra de que para otras cosas la sociedad se va abriendo, como para el trámite de la tarjeta sanitaria andaluza, "porque para que conste mi nombre femenino tampoco he tenido gran problema, lo único la burocracia existente, que había gestionado el recurso desde el ambulatorio de referencia y se debe solicitar en los centros de atención a la ciudadanía de los distritos sanitarios de cada provincia".

Su lucha es la de una sola persona, pero ella quiere que su transición sea completa y no individual, sino que su experiencia ayude a muchas personas que, como ella, quieren ser lo que ellas sienten que son, y no lo que su exterior les indica que tienen que ser.

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