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Huelva

Saca de las Yeguas, la perdurabilidad de lo ancestral en Doñana

Los criadores de ganado maismeño cumplen con una tradición que este año estuvo en el aire

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  • La espera -
  • Los criadores de ganado maismeño cumplen con una tradición que este año estuvo en el aire
  • Unos 1.400 equinos, entre yeguas y potros, trasladados desde Doñana hasta Almonte

Han pasado 512 años desde que en 1504 el Duque de Medina Sidonia regularizara la 'Saca de las Yeguas, una tradición ancestral a la que los "yegüerizos" de Almonte (Huelva) han dado perdurabilidad en el tiempo permitiendo, cada año, que la esencia de Doñana traspase sus límites.

La celebración de esta edición no ha sido fácil y tampoco ha estado exenta de polémica, pues a principios de mes la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Marismeño informaba de su decisión de suspender la cita para advertir sobre la compleja situación por la que estaban pasando para mantener el ganado marismeño, raza autóctona de la que son garantes.

La principal causa de dicha situación es una ordenanza aprobada por el Ayuntamiento de Hinojos que obliga a los criadores a sacar 110 cabezas de ganado de la finca Marismas Gallega, en el interior del Espacio Nacional de Doñana y propiedad de este consistorio, además de casi duplicar la cantidad que han de pagar porque paste cada animal, pasando de 50 a 89 euros.

Tras varias reuniones y un llamamiento a la Consejería de Medio Ambiente que es quien gestiona y custodia el Espacio Natural de Doñana, la semana pasada se llegó a un acuerdo entre todas las partes implicadas que posibilitaba su celebración.

Superadas las dificultades, hoy como cada 26 de junio desde hace 512 años, se celebra la 'Saca de las Yeguas' en la que 1.400 equinos -hembras y potros- que se crían asilvestradas en las tierras del parque nacional de Doñana han salido de su entorno natural para ser trasladadas por caminos de arena a la localidad de Almonte.

Los artífices de ese traslado son los "yegüerizos", los ganaderos que ya desde el jueves comenzaron a adentrarse en Doñana para ir agrupando a los animales en tropas o grupos en torno a la zona conocida como de La Dehesilla, junto a la Boca del Lobo, en las inmediaciones de la aldea de El Rocío.

Es en ese punto en el que la esencia de Doñana abandona sus límites y entra en contacto con la civilización, cuando estos animales se erigen en protagonistas de un auténtico despertar de los sentidos para todo el que presencia este espectáculo.

Y es que, en cualquiera de los puntos del recorrido que realizan estos equinos, se puede percibir su característico olor, los sonidos que provocan con su galope y sus relinches, así como los que emiten los ganaderos que se afanan por mantenerlas unidas y guiarlas hasta su destino, y todo ello confeccionando una estampa para la vista singular y llena de vistosidad.

Desde La Dehesilla, sobre as 10:00 horas y divididos en cuatro tropas, se han dirigido al Santuario de la Virgen del Rocío, en el que es uno de los momentos que despierta más interés en el recorrido, y en el que se concentran miles de personas.

Tres de las tropas han pasado ante la ermita y han continuado su camino, mientras que la cuarta ha parado ante la concha peregrina donde ha tenido lugar el acto de bendición de las yeguas y potrillos a cargo del párroco de Almonte, algo que ha concluido pasadas as 12:15 horas.

Tras el sesteo y descanso en los pinares del Pastorcito, los yegüerizos continúan arreando a las reses durante varias horas hasta que alcanzan, ya bien entrada la tarde, Almonte, un municipio que este año ha sido engalanado para la ocasión y en el que las yeguas son esperadas por multitud de personas, y descansan en el recinto ganadero.

Será ahí donde a partir de mañana comenzará la feria ganadera, en la que se llevarán a cabo las labores tradicionales como la medición de las yeguas; y las tareas de tusa, que consiste en cortarles las crines y la cola; desparasitar a los animales y marcar a los nuevos potros.

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