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La lotería que el Santander le “birló” a una familia

Una familia consigue que le devuelvan los tres millones que invirtió en productos bancarios creyendo que no había riesgo

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  • La familia demandante -
  • Le tocó en la Primitiva 4,67 millones e invirtió 3 millones en productos inmobiliarios y valores por confianza
  • A los dos millones iniciales, préstamo incluido, se le unió otro millón para recuperarlos
  • Con el último producto le garantizaron acciones a 13 euros y se las pagaron a 5,50

Puede que el dinero no dé la felicidad, pero ayuda, siempre que quien se encargue de velar por tus intereses económicos no termine haciéndote perder el dinero. Eso es lo que le ocurrió a una familia de la localidad de Real de la Jara a la que le tocó la Primitiva, pero la alegría de los 4,67 millones de 2003 se convirtió, por gracia de los responsables de la oficina del Banco Santander de Osuna, en pérdida de fondos y un sinfín de quejas y reclamaciones que parecen haber terminado, si el Santander no recurre, con la sentencia del juzgado de Osuna. Este declara nulos tanto los productos financieros que le presentaron como rentables y, sobre todo, seguros, como el préstamo vinculado que suscribió.

La historia de la familia Doroteo Reyes es muy similar a las que se han ido conociendo en los últimos años sobre abusos bancarios, con la particularidad de que a esta mujer y a sus seis hijos, todos con estudios básicos y con un perfil laboral de jornalero, ama de casa, cocinera o albañil, les tocó en 2003 la Primitiva y su vida resuelta se convertiría, poco después, en un calvario bancario hasta que dieron con el bufete ATO Abogados SLP en un programa de televisión cuando abordaban una historia similar.

Lo cierto es que en los primeros años no le fue mal a la familia Doroteo Reyes  con el Santander y, esa confianza y asesoría que tan buenos resultados le había dado fue aprovechada en 2007 por el responsable de la entidad en Osuna para colocarle productos financieros de alto riesgo. En esta ocasión era Santander Inmobiliario Global, un producto estructurado inmobiliario por el cual aportó un millón de euros, más Valores Santander 7,50%, obligaciones convertibles vinculadas a un préstamo por otro millón de euros.

La confianza hasta la fecha en el Santander era completa pero ninguno de los miembros de esta familia cumplía el perfil como para entender un producto de tal riesgo: se les convenció de que eran productos de alto rendimiento, sin comisiones, que podían retirarlos en cualquier momento... Y aunque en aquella época no era obligatorio, nunca hubo un test de idoneidad hasta el año 2014.

El juez lo deja claro en su sentencia: “Los actores no pueden considerarse en modo alguno clientes expertos o de riesgo por el hecho, que consta admitido, de que con anterioridad a la contratación de los productos objeto del pleito, hubieran invertido en diversos productos bancarios e incluso que durante el transcurso del tiempo hubieran ido haciendo suyos sin reserva alguna los correspondientes rendimientos, incluidos los de los productos litigiosos, ya que ello abundaría en su caso en la creencia de que los mismos, al igual que los anteriores, eran productos seguros, que ofrecían rendimientos positivos sin riesgos”.

Tres millones invertidos

De hecho, la familia Doroteo Reyes sí que protestó y reclamó ante los perjuicios que le estaban ocasionando los productos que había adquirido por recomendación del Santander. En 2008 ya presentó la primer queja,  cuando tuvo  que retirar 350.000 euros del millón inicial y le cobraron por la cancelación parcial 68.000 euros que ignoraba le  costaría; en 2009 el producto ya había perdido un 19,5% su valor y cuando se canceló, perdió casi 300.000 euros.

Algo menos, 237.00 euros perdía en los Valores Santander y, convencida por los responsables del banco de que la solución era invertir más en ellos para recuperarlos, volvió a destinar otro millón para ser “accionista” del banco. Eso sí, aunque el cambio pactado era a 13 euros la acción, finalmente se la abonaron a 5,50 euros.

Enredada en  quejas y reclamaciones con el Banco Santander y viendo cómo casi tres millones de euros del premio de la Lotería Primitiva se habían quedado en nada, la familia Doroteo Reyes vio un poco de luz gracias al programa de Juan y Medio en Canal Sur, donde el despacho de abogados ATO explicaba cómo una familia había conseguido recuperar su inversión.

Según ha explicado Antonio Olaya, el juzgado de 1ª Instancia de Osuna ha declarado la nulidad de todos estos productos por “vicio de consentimiento”, es decir, nunca explicaron correctamente los productos a los clientes ni éstos tenían el perfil adecuado. Ahora, el Santander tendrá que devolverles el capital invertido más los intereses, además de anular el préstamo contratado, tres millones.

Y aunque el Santander puede recurrir, le espera otra demanda similar en Osuna, en cuya oficina, según Olaya, “colocar” estos productos a los clientes fue en aquellas fechas una práctica habitual.

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