Más de 200 millones de mujeres han sufrido mutilación genital femenina

Publicado: 07/02/2019
Según varios sondeos la ablación es llevada a cabo principalmente en África central con una media del 90%.
 La ablación consiste en la mutilación total o parcial de los genitales externos femeninos, que es realizada principalmente en países africanos y de oriente medio. La operación se realiza con una cuchilla o un trozo de vidrio, en grupo, sin anestesia ni higiene. Es una práctica aberrante que se puede realizar desde el periodo de lactancia hasta los 15 años y ocasionalmente en la edad adulta y que está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos de las mujeres y niñas. El 6 de febrero, se celebra el  Día Internacional de Tolerancia Cero con la Ablación o Mutilación Genital Femenina.

 Este procedimiento incluye cualquier intervención que conlleve lesionar los genitales, por motivos no médicos. Podemos mencionar tres tipos como los más característicos: La clitoridectomía que consiste en la extirpación del clítoris; Una variante a la que se le suma la mutilación total o parcial de los labios menores y por último, la conocida como circuncisión faraónica, que es la más invasiva de todas puesto que extirpa tanto el clítoris, como los labios menores y mayores, que se remata con un cosido de ambos lados de la vulva que deja únicamente una abertura para la sangre menstrual y la orina. En este último tipo es necesario además nuevas intervenciones quirúrgicas con el objetivo de ensanchar de nuevo la abertura vaginal para hacer posible tanto el coito como el parto.

 Entre los efectos inmediatos podemos incluir un dolor intenso, hemorragia, inflamación, fiebre, infecciones e incluso la muerte. No obstante si la niña llega a sobrevivir puede esperar un sinfín de infecciones urinarias, micción dolorosa, problemas vaginales (entre ellos destacan la leucorrea, que consiste en la inflamación de la vagina y de la mucosa del útero y vaginosis bacteriana), problemas sexuales, dolor crónico, riesgo de complicaciones en el parto y un largo listado de problemas psicológicos.

 Esta práctica es realizada con la idea de evitar que la mujer tenga relaciones tanto prematrimoniales como extramatrimoniales, ya que tienen que llegar “intactas” para su marido el cual ha escogido su padre o su hermano, en la más triste de las ocasiones a cambio de un par de cabras. En estas sociedades se mantiene la creencia de que este procedimiento es símbolo de pureza y beneficioso de cara al parto, algo que no solo es una calumnia, sino además es contraproducente para el alumbramiento.

Según varios sondeos la ablación es llevada a cabo principalmente en África central con una media del 90% (en cabeza países como Egipto 93%, Guinea 97% y con un 98% en Somalia), pero es necesario mencionar que ha acabado por extenderse, en menor grado, a todo el mundo.

Un ejemplo a seguir es Sierra Leona que ha prohibido recientemente la mutilación femenina, pues era uno de los pocos países donde todavía era legal.

Lo más aterrador es, que a pesar de que las personas mayores ven esta práctica como positiva, algo que resulta previsible pues está muy arraigada en su cultura, las nuevas generaciones no piensan en erradicar este tipo de intervenciones a pesar de tener más educación e información sobre el tema, simplemente se limitan a llevarlo con la más absoluta discreción. Conocen los riesgos, pero no le dan la importancia suficiente para evitar la mutilación de millones de niñas y mujeres cuyo único delito para sufrir es haber nacido mujer en un país y una cultura completamente detenida en el tiempo.

 

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