El Ayuntamiento de Cádiz, a través de la Delegación municipal de Memoria Histórica, y en coordinación con la Plataforma de Memoria Histórica, iniciará este martes 19 los trabajos de exhumación de los restos del represaliado Alfonso López Quera, tras petición expresa de sus dos hijos.
Estos restos se encuentran en sepultura, no en fosa común, según ha apuntado este sábado en una nota de prensa el concejal de Memoria Histórica, Martín Vila, quien también aporta que la exhumación será realizada por el arqueólogo municipal, un operario de Cemabasa y dos voluntarios de la Plataforma de Memoria Histórica.
Para informar sobre este caso, el edil se remonta a diciembre de 2014, cuando un equipo de la Delegación de Memoria Histórica presentó al Cementerio Mancomunado de la Bahía de Cádiz SA (Cemabasa) un informe que concluía que en el cementerio San José existían enterramientos de 65 personas identificadas como víctimas del franquismo y que estaban enterradas en sepulturas de suelo (o medias sepulturas) repartidas por diversos patios del recinto.
Tras analizar la documentación que les fue facilitada, los autores consideraron que eran consideradas exhumables 18 inhumaciones que se habían mantenido sin ser intervenidas. Con posterioridad, cuando se iban a iniciar los trabajos, los historiadores Santiago Moreno Tello y José Luis Gutiérrez Molina realizaron un nuevo informe por el que se rebajó el número de exhumables, ya que se percataron de que se había incluido dos fallecidos que no eran represaliados y de otro del que existían dudas. En consecuencia, quedaban 15 los cuerpos a exhumar, además del marinero Dionisio Arechavala, cuya exhumación había sido pedida directamente por la familia.
Con estos estudios, el 18 de enero de 2016 comenzaron los trabajos que se prolongaron hasta junio de ese año, obteniendo un resultado positivo parcial, ya que en algunos casos las sepulturas habían sido intervenidas, por lo que han sido finalmente diez los individuos localizados con señales de muerte violenta. Además, en abril de 2017 se realizó la exhumación de Dionisio Arechavala, cuyos restos han sido compatibles con el ADN tomado a una familiar.
Como ha indicado el Ayuntamiento de Cádiz, unos meses después, durante el otoño de 2017, se iniciaron los trabajos de exhumación de los féretros de los bebés reclamados por la asociación Bebés Robados. Fue en el transcurso de esos trabajos cuando, durante la intervención en la sepultura 28, fila 2, de la línea de San Mateo del patio 3, los arqueólogos decidieron limpiar toda la sepultura, encontrando, en lo profundo los restos de dos represaliados que supuestamente habían sido levantados en intervenciones anteriores.
En consecuencia, se han revisado los represaliados descartados como exhumables en el primer informe, en especial los situados en los lugares más profundos, del 1 al 3, por si lo ocurrido en esa sepultura pudiera haberse repetido en otros casos.
Así pues y revisados los informes anteriores, el Consistorio ha contabilizado 42 casos, contando los dos exhumados y dos dudosos de ser represaliados, uno de los cuales es el de Alfonso López Quera.
LA VÍCTIMA
Alfonso López Quera era un practicante nacido en Salamanca en 1896. Estudió en la Universidad de Sevilla (US), donde obtuvo su titulación en 1917. Trabajó en Huelva y llegó a Cádiz en 1925. Al año siguiente, ingresó en la logia Fermín Salvochea con el nombre simbólico de Nicola, posiblemente en referencia al origen latino del término que significa 'victoria del pueblo' o al nombre del anarquista italo-norteamericano Nicola Sacco, ejecutado en 1927 entre grandes protestas internacionales.
Se casó en septiembre de 1925 con Concepción Lluch Acevedo con la que tuvo dos hijos: Miguel, nacido en 1928, y Concepción, nacida en 1936. Durante los años republicanos perteneció a la logia Luis Maroldo, integrada en la Gran Logia Española, al igual que la de Fermín Salvochea, de la que fue orador y maestro.
También perteneció a la directiva del Colegio Oficial de Practicantes en el que había ingresado en 1930, siendo en 1933 contador y en 1935 tesorero. En febrero de 1936 comenzó a trabajar como practicante en la Beneficencia Municipal.
Tras el golpe de estado, fue suspendido de empleo y sueldo el 29 de julio y cesado el 5 de agosto y, según ha concretado el Ayuntamiento en base a la documentación conservada, fue detenido por orden de las autoridades militares sublevadas el 28 de agosto de 1936 por considerarlo izquierdista.
Ingresado al día siguiente en la cárcel provincial, fue sacado el día 30 y asesinado en un lugar que se ignora, de forma que su cadáver fue posteriormente enterrado al día siguiente en el cementerio de la ciudad en el Patio 3, línea San Mateo, fila 2, tumba 9, lugar 2º.