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Saltando la muralla del idioma

El colegio Ortiz de Zúñiga es desde 2015 el único centro de referencia en Sevilla de enseñanza de idioma chino gracias al programa Confucio

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  • Los padres del Ortiz de Zúñiga reciben clases de chino también en un taller que entra dentro de las Aulas Confucio

En el Centro de Educación de Infantil y Primaria Ortiz de Zúñiga, en el Antiguo Matadero, han desterrado el dicho popular “me suena a chino”. Después de seis cursos formando parte del programa Aulas Confucio, la comunidad educativa del colegio, con 400 estudiantes en la etapa de Educación Primaria, está más que familiarizada con este idioma y con su cultura.

Miguel, el nombre español que ha escogido el jovencísimo (23 años) profesor de Chino del grupo de Cuarto de Educación Primaria, el día que asistimos a su clase para hacer este reportaje, está enseñando a su alumnado a escribir con un pincel “mágico”. “Es más largo que las uñas de Rosalía, maestro”, le espeta una de las niñas que, boli en ristre, se dispone a reproducir lo que ve en la pizarra. Miguel moja el pincel en tinta y escribe sobre una suerte de papiro en el que, pasado un tiempo, lo escrito se diluye.

Miguel suma este curso su segundo año en el Ortiz de Zúñiga, el único centro escolar de referencia en Sevilla que participa en el programa Aulas Confucio, en funcionamiento en Andalucía desde 2015 en virtud a un acuerdo entre la Consejería de Educación y la Oficina General del Instituto Confucio-Hanban (Oficina Nacional de Promoción Internacional de la Lengua China), para la enseñanza de la lengua china como materia curricular en Educación Primaria. El Instituto corre con los gastos del programa relacionados con los recursos humanos, la dotación de materiales didácticos y el funcionamiento en general; la Junta de Andalucía destina anualmente 140.000 euros para el alojamiento más el seguro médico. En total, en la comunidad hay un centro de referencia por provincia donde se imparte el chino como materia curricular en Primaria (la novedad que supone Aulas Confucio) y en torno a los cuales hay tanto una red de centros de continuidad (en el caso del Ortiz de Zúñiga ese centro de continuidad es el IES Beatriz de Suabia), como de colegios e institutos donde se imparte chino como actividad extraescolar. Este curso, hay 4.000 estudiantes en Andalucía que participan en este programa.


Ana María Castaño es la directora del Ortiz de Zúñiga, centro en el que se enseña chino pero donde no hay ni un solo estudiante chino. Recuerda que hace seis años todos los padres estuvieron de acuerdo en que el alumnado recibiera esta enseñanza. Es más, los padres también querían recibir esta formación. Por eso, una vez en semana, hay un taller para que los progenitores reciban clases de chino. El curso pasado, el Ortiz de Zúñiga llevó a 38 de sus estudiantes al examen de certificación de chino (L1). El éxito fue abrumador: 37 de ellos aprobaron.

El programa prevé no sólo clases de lengua y gramática. También contempla actividades con las que conocer mejor la cultura china. Así, el colegio celebra el Festival de Medio Otoño, o el Año Nuevo Chino (que este curso será el 25 de enero) o fiestas de Navidad donde los estudiantes cantan canciones populares chinas...

El programa ha cumplido ya un lustro. Toca evaluar y decidir si se renueva, propuesta que la Consejería de Educación asegura que “se analizará”. Mientras esa decisión llega, el alumnado de Segundo de Primaria del Ortiz de Zúñiga aprende los colores jugando. Luo, la profesora que también imparte clases en los cuatro cursos de ESO del Beatriz de Suabia, les repite como una cantinela una serie de colores y el primero que coja los lápices de los colores que está diciendo, gana. Los niños ríen y se divierten mientras logran reunir los lápices correctos. Están tan entusiasmados con el hecho de que hayamos ido a conocer cómo aprenden chino que le piden a la maestra que les deje cantarnos una de las canciones que se saben. “Son muy buenos”, recalca Luo que, como Miguel, deja claro en sus clases que la disciplina y el trato respetuoso son claves. “Siéntese”, “Espere a que termine de atender a su compañero”, “Gracias”... Son expresiones habituales que se cuelan durante las explicaciones.

 

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Ana María valora esta experiencia, a la que pone algunos detalles a mejorar, como puede ser una mejor competencia del español por parte del profesorado. La directora del Ortiz de Zúñiga también llama la atención sobre el hecho de que el profesorado esté en el programa sólo dos años. “No sé si esa discontinuidad podría cambiar o no”, señala. Lo que tiene claro es que nada sobra en la oferta curricular de su centro que, siendo un edificio regionalista de los más emblemáticos, es el más cosmopolita, ya que en sus aulas se escucha inglés, francés... y chino.

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