Las tensiones geopolíticas y la intensificación de los conflictos internacionales han tenido un fuerte impacto en los costes de muchos productos, especialmente aquellos vinculados a la energía y los combustibles. Hoy, la gasolina es casi un 30% más cara que en la misma semana de 2021, lo que se traduce en un incremento de más de 20 euros en llenar un depósito de un coche urbano. En el caso del gasóleo, las cifras no reflejan más optimismo, ya que el precio ha experimentado una subida de casi el 35% en este mismo periodo, lo que supone más de 22 euros por repostar unos 55 litros.
Si quieres ahorrar algo de dinero y que llenar tu depósito no te cueste tanto, te dejamos diez consejos:
Mejor no llenar el tanque
El combustible que metemos en el depósito incrementa el peso total del vehículo, lo que se traduce en peso adicional. Muchos fabricantes recomiendan llenar el tanque hasta el 50, 60 o 70 por ciento de su capacidad. Esta recomendación está dirigida al ahorro del combustible, ya que si lo que queremos es ahorrar, pero estamos añadiendo más peso al vehículo, conseguiremos el efecto contrario. Cuando vayamos a repostar podemos utilizar la función automática del surtidor, haciendo que el tanque se llene hasta la indicación del fabricante y no hasta el 100%, repostando así la cantidad que el vehículo necesita.
Usar el combustible correcto
Ciertos vehículos necesitan utilizar combustibles de una mejor calidad, como ocurre con aquellos vehículos de gama alta. En todo caso, si no sabes qué gasolina utilizar, utiliza la que indica el fabricante en el manual del vehículo.
Limpieza de los componentes internos
Existen productos en el mercado que empleados de manera correcta pueden reducir el consumo de combustible en hasta un 30%. Tal es el caso de los aditivos para carburantes, cuya función principal es limpiar los inyectores encargados de suministrar combustible al motor. Estos productos mejoran el flujo de gasolina o diésel y aumentan el rendimiento del vehículo, reduciendo también el ruido y el desgaste del propio motor.
Vigilar la velocidad
Una de las mejores maneras de hacer un uso eficiente del carburante es mantener constante la velocidad de nuestro vehículo. Para ello podemos hacer uso de la velocidad de crucero, una función que gran parte de los coches que circulan hoy en día tienen disponible.
Utilizar las marchas apropiadas
Son muchas las personas que conducen en una marcha incorrecta. Si conducimos con el coche a muchas revoluciones estaremos quemando más gasolina de la cuenta, y lo mismo ocurrirá si conducimos a pocas revoluciones, ya que el inyector estará más abierto de lo necesario haciendo que pase más gasolina al motor. La mayoría de vehículos fabricados en los últimos años suelen traer una indicación de la marcha que hay que utilizar de acuerdo a la velocidad que llevamos. Si, por el contrario, tu vehículo no dispone de esta recomendación, deberás escuchar y atender al sonido de las revoluciones del motor.
Di sí al freno motor
Utilizar el punto muerto cuando nos aproximamos a un semáforo e ir frenando gradualmente, es algo que, al contrario de lo que piensa mucha gente, consume más gasolina de la que pensamos. Sin embargo, cuando utilizamos el freno motor y levantamos el pie del acelerador, hacemos que no entre más gasolina, y que el vehículo se vaya deteniendo gradualmente por sí solo. Haciendo esto, además de lograr reducir el consumo de combustible, también estaremos alargando la vida útil del embrague y de los frenos.
Vigilar el estado de los neumáticos
Las ruedas influyen directamente en el consumo de combustible. Son los únicos elementos del coche que están en contacto con el suelo, por lo que un buen estado de los neumáticos y una correcta presión harán que el consumo de combustible del vehículo sea menor. Si las ruedas no tienen la presión idónea que indica el fabricante o la banda de rodadura está muy desgastada, estaremos aumentando el rozamiento del neumático en el asfalto y, por tanto, el vehículo necesitará más potencia para desplazarse.
Reducir la carga
Sobrecargar el vehículo es contraproducente para conseguir nuestro objetivo de ahorrar combustible. Reducir el equipaje o las cosas que llevamos diariamente en nuestro vehículo es una buena manera de empezar. Para ello podemos hacer uso de un organizador de maletero, donde guardemos todo aquello que sí que es necesario para nuestro día a día y para el del vehículo. Piensa que cuanto más cargado esté el vehículo, más combustible necesitará para desplazarse.
Más vale prevenir que pagar
Además de los aditivos para vehículos diésel o gasolina, existen también los aditivos para proteger los motores y los circuitos de inyección. Utilizando estos productos reduciremos la acumulación de carbonilla, la emisión de humos y otros gases nocivos para el medio ambiente como el CO2 y por supuesto, lograremos economizar el uso de combustible en nuestro vehículo
Compartir es ahorrar
Fíjate cuántos coches ves con un único ocupante por las mañanas cuando vas de camino al trabajo o a estudiar. Una de las medidas que ha tomado fuerza estos últimos años es aprovechar al máximo el número de ocupantes de un vehículo. Esta forma de desplazarse nos permite repartir el coste de combustible. Habla con los compañeros de trabajo o de estudios que vivan cerca de ti para ir juntos a vuestro destino. Esta es, sin duda, una medida que repercutirá positivamente en tu bolsillo y con la que, además, estarás contribuyendo a reducir la contaminación.