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Una vacuna para las abejas testada en la tierra de la miel

Con casi cuatro décadas de vida, nació como respuesta a una demanda del sector que por esos años veía reconocida su denominación, la Miel de la Alcarria

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Investigación.

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Mariano Higes Pascual y Raquel Martín Hernández, doctores en Veterinaria, son los dos investigadores que encabezan el equipo del Centro Apícola de Marchamalo (Guadalajara) que han colaborado, junto a otros países, para sacar adelante la primera vacuna para abejas. Este centro, con casi cuatro décadas de vida, nació como respuesta a una demanda del sector que por esos años veía reconocida su denominación, la Miel de la Alcarria.

La empresa biotecnológica norteamericana Dalan Animal contactó hace tres años con estos investigadores. “Nos preguntaron si estábamos capacitados para realizar un ensayo clínico en el laboratorio y, tras discutirlo entre nosotros, vimos que era una propuesta de trabajo muy interesante, ya que suponía un avance en las terapias tradicionales que se utilizan en apicultura”, explica Higes en una entrevista con EFE.

Esta colaboración se concretó en un convenio con la Consejería de Agricultura, a través del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (IRIAF), órgano al que está adscrito ese centro, y comenzaron a trabajar.

LA VACUNA SE INTRODUCE EN EL ALIMENTO DE LAS ABEJAS REINA

En concreto, este centro se ha encargado de testar la vacuna desarrollada: “Consistía en comprobar la eficacia de una sustancia que se aplicaba en el alimento a las reinas y ver si la inmunidad que transmite la reina hacia las larvas es capaz de reducir la mortalidad en la enfermedad del loque americano”, explica Raquel Martín.

Higes asegura que “fue un desafío”, puesto que pese a haber tenido anteriormente otros proyectos relacionados con el loque americano, aquellos iban más dirigidos a ver la resistencia a los antibióticos de esta bacteria, pero en “este caso era una metodología totalmente distinta y compleja para nosotros y además resulto ser eficaz”.

Este testeo, tal y como explica Raquel Martín, consiste en que les “suministran las reinas y se mantienen durante un tiempo en el laboratorio con unas obreras y el alimento donde viene la vacuna. Pasados ocho días se introducen en colmenas huérfanas donde las larvas nacidas de esas reinas se enfrentan a las bacterias de la loque americana y se ve si se mueren o no”.

“Tuvimos que hacer varias pruebas previas, ya que las larvas con las que trabajamos tienen menos de un milímetro. Estuvimos trabajando con 20 reinas en 20 colmenas y de ellas se cogían varios cientos de larvas para enfrentarse al alimento, y fue complejo para ponerlo a punto”, explica Higes, quien señala que este paso les permite avanzar “en un campo nuevo, que abre la puerta para muchos futuros estudios”.

ESTE ESTUDIO ABRE LA PUERTA A ENFRENTARSE A OTRAS ENFERMEDADES INFECCIOSAS

De hecho, este año continúan colaborando con esta misma empresa biotecnológica en otros estudios y es probable que en un futuro continúen trabajando con ellos, porque "este estudio abre la puerta a enfrentarse a otras enfermedades infecciosas y probablemente este sistema de tratamiento pueda resultar eficiente".

El loque americana es una enfermedad que está causada por una bacteria “y los tratamientos deberían ser mediante antibióticos pero la utilización en colmenas está prohibido o muy restringido, por lo que es muy difícil abordar un brote de esta enfermedad”, según explica Martín.

De ahí la importancia de esta vacuna, que aborda la inmunidad de las abejas, que muy pocos estudios habían acometido.

Higes incide en que las abejas, de un tiempo a esta parte y especialmente por el cambio climático, están expuestas a muchas enfermedades, lo que está alterando su actividad inmunitaria y haciéndolas más sensibles a otros patógenos, por lo que “tener estas herramientas es tan importante”.

El centro apícola de Marchamalo (Guadalajara) cuenta en la actualidad con cerca de 50 empleados, está adscrito al Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha, dependiente de la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural de Castilla-La Mancha, y es un referente a nivel nacional e internacional, como prueba esta colaboración pionera.

Por sus instalaciones han pasado numerosos investigadores para realizar sus tesis y colaboran con diversos proyectos con diferentes universidades y países.

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