El nuevo primer ministro chino, Li Keqiang, se ha comprometido a que su Gobierno tendrá "una determinación aún mayor" para afrontar el problema de la contaminación, uno de los que está provocando un mayor descontento entre la población.
"Este Gobierno mostrara una determinación aún mayor para resolver y tomar más medidas contundentes para limpiar esta contaminación", ha afirmado Li en su primera rueda de prensa tras tomar posesión del cargo. Así, Li ha instado a la población a participar en las iniciativas para limpiar los acuíferos, las tierras y el aire.
Este mismo mes el caso de los más de 12.000 cadáveres de cerdos hallados en un río que abastece de agua a la ciudad de Shanghai ha provocado una agria polémica al respecto. Mientras, la calidad del aire en Pekín está considerada "muy insana" y "peligrosa" desde principios año, según las mediciones de la Embajada estadounidense en la capital china.
En ese sentido, Li ha anunciado medidas para acabar controlar los factores humanos contaminantes en plazos muy concreto, a fijar próximamente, y eliminar progresivamente las "instalaciones productivas obsoletas".
"Tenemos que afrontar la situación y castigar a los infractores sin piedad, aplicar la ley con puño de hierro (...). No deberíamos crecer económicamente a expensas del medio ambiente. Tal crecimiento no satisface al pueblo", ha añadido.
Li ha anunciado también su intención de tomar medidas sobre seguridad alimentaria. En los últimos años se han conocido casos de leche en polvo tóxica o de piedras coloreadas vendidas como si fueran bolas de arroz. El Gobierno "tomará medidas contundentes para castigar a los productores insensibles de alimentos de baja calidad o falsos para que paguen un precio alto", ha advertido el primer ministro.