El Campo de Gibraltar, y sus agentes socioeconómicos, estarán muy pendientes de esta decisión, ya que la inclusión de la conexión de la comarca con Madrid supondría una inyección económica extra para afrontar los 800 millones de euros pendientes para modernizar el trazado Algeciras-Bobadilla.
Esta mejora se antoja como fundamental para el tejido industrial de la zona. Por un lado, las grandes empresas requieren de una conexión eficiente para poder distribuir su producción en la Península y el resto de Europa.
Por otra parte, el Puerto necesita disponer de un trazado férreo eficaz, veloz y con costes ajustados para seguir manteniendo su apuesta por los tráficos import export. Es decir, el Puerto de Algeciras busca que las mercancías entren y salgan de la Península por sus terminales (APM-T y TTI-A), como ya realizan otros competidores con un fuerte hinterland como Valencia y Barcelona. Con esta evolución, el muelle comarcal abandonaría su tradicional dependencia de los volátiles tráficos de contenedores de transbordo.
Pulso
La opción que el Campo de Gibraltar defiende es la de finalizar su conexión con Bobadilla, electrificando toda la vía. Desde ahí, los productos podrían viajar a Madrid, Zaragoza, Tarragona, Barcelona y Francia, en lo que sería una adaptación del primitivo Corredor Central. Una alternativa que, en una primera instancia, recogía el paso a través de los Pirineos pero que, debido a los excesivos costes, se ha reajustado a la coyuntura económica actual.
Este trazado coincide con la primera propuesta realizada este junio por la propia Comisión Europea, que consideró vital conectar el mayor puerto español por volumen de mercancías con el conjunto del estado. La Unión Europea renombró esta alternativa como Proyecto 3. Corredor Mediterráneo, si bien este diseño difiere totalmente de la propuesta del Levante español que se presentó en Europa en primera instancia con ese nombre.
Mientras, Cataluña y Valencia, entre otras regiones, luchan por su propio Corredor Mediterráneo, que pretende llevar el ferrocarril por toda la costa levantina (Barcelona, Valencia, Murcia, Almería y finalmente Algeciras).
El problema principal reside en que pocos esperan que, en tiempos de crisis, la Unión Europea conceda prioridad a dos corredores en un mismo país. Así, el reconocimiento de uno supondrá objetivamente el descarte del otro corredor.
En este punto, la comarca se enfrenta a un poderoso lobby denominado Ferrmed, así como con toda la clase política de las regiones que prefieren el trayecto por la costa. La presión de estas zonas ha utilizado en numerosas ocasiones la desinformación como estrategia, tratando de recabar apoyos con diseños que no reflejan la realidad del Corredor Central.
Ferrmed llegó a incluir a Algeciras como eslabón final de la cadena Mediterránea por la costa. Sin embargo, los agentes económicos respondieron con un no rotundo, al entender que los plazos para que el tren llegara por esa vía se alargarían durante décadas. Mientras, Valencia y Barcelona, con conexión directa ya a Madrid, eliminarían al Puerto comarcal y a su hinterland como potenciales competidores.
Pese a que en las últimas semanas filtraciones interesadas desde la Unión Europea señalaban que la opción levantina por la costa sería la elegida, los agentes económicos de la comarca se muestran expectantes y confiados.
Tanto en un informe de 2004 como en la primera resolución de junio de este año, el Corredor Central se señaló como prioritario, no existiendo “cambios objetivos” desde entonces que provocaran modificaciones sobre los criterios de selección. La Comisión Europea realizó incluso un guiño a catalanes y valencianos incluyendo un ramal descendente desde Barcelona a Valencia.
Aún así, los grupos mediáticos de estas regiones no han cesado de presionar al Gobierno central durante las últimas semanas. Las espadas están en todo lo alto y será la Unión Europea la que hoy determine quien debe envainarla y quien saldrá victorioso. Eso sí, la decisión que hoy se adopte no será definitiva, ya que tendrá que ser respaldada por Parlamento y Consejo Europeo.
De la Encina
El diputado del PSOE y presidente de la Comisión de Fomento del Congreso de los Diputados, Salvador de la Encina, calificó ayer de “traición, indecente e inmoral” la postura del presidente del PP-A, Javier Arenas, “quien en Almería dio su apoyo absoluto al Corredor Mediterráneo y rechazó su respaldo al corredor central ferroviario Algeciras-Madrid, a pesar de que en los últimos meses manifestó lo contrario, especialmente en sus visitas a Algeciras”.
Para De la Encina, “la postura de Arenas es la prueba más visible de su falta de compromiso con la provincia de Cádiz y, especialmente, con el Campo de Gibraltar cuyos agentes sociales, económicos, sindicales y municipales han venido reiteradamente solicitando públicamente a la Comisión Europea el apoyo al Corredor Central Ferroviario”
Desde el PSOE se considera que “la decisión de Arenas deja al descubierto la estrategia del despiste y distracción de las verdaderas intenciones del PP; del alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce; del presidente de la Diputación y del PP de Cádiz, José Loaiza; y del secretario general del PP de Andalucía, Antonio Sanz; quienes hasta ayer mismo defendían públicamente el Corredor Central”.
Por el contrario, el PSOE sigue defendiendo como “la opción más importante y absolutamente necesaria la aprobación del Corredor Central, al contar ya con gran parte de su recorrido en estructuras ferroviarias existentes, siendo la única conexión ferroviaria viable a corto y medio plazo para las mercancías con origen o destino en la Bahía de Algeciras y, por ello, la conexión más directa e inmediata para la demanda de los operadores del Puerto de Algeciras y de las grandes industrias del Campo de Gibraltar”.
