Con el tiempo surge una amistad entre ellas y descubren que la mujer no tiene a nadie que le acompañe en esta situación. “Sólo tenía a su abuela, pero murió y ahora se ha quedado sola en el mundo”, aseguró Adela. La familia de Adela se convierte en la nueva familia de esta mujer, malagueña, que no puede enfrentarse al pago de su hipoteca y ahora se vive un reto aún más difícil, pasar sola las Navidades.
El milagro de la Navidad
En Nochebuena, como un nuevo miembro de la familia, es invitada a la cena, a la que acude como uno más y donde recibe una grata sorpresa de Navidad: Adela ha estado recaudando dinero para ella poniendo huchas por diferentes comercios de Antequera y ha conseguido más de 1.000 euros. Alrededor de una veintena de huchas repartidas por todo el municipio consiguieron el ‘milagro de Navidad’. Aunque las huchas, que siguen situadas en comercios como Rojas, la papelería San Agustín, la pastelería Bienmesabe, la Farmacia Central, o el bar Madrona, podrían reunir, según aseguró Adela, unos 2.000 euros más. “Además, queremos poner una cuenta a su nombre para que la gente pueda ingresar sus donativos, que en breve estará en funcionamiento”, explicó.
La idea de reacaudar dinero surgió tras conocer la noticia de que cabía la posibilidad de que a esta vecina de Málaga le quitaran el piso. Ante la idea de que una mujer enferma se pudiera quedar sola y en la calle Adela no se lo pensó dos veces y se puso manos a la obra. “Todo el que quiera colaborar puede acercarse a alguno de estos comercios, y cuando la cuenta corriente esté en marcha, allí mismo les informarán del número”, adelantó Adela, quien se siente muy satisfecha por la solidaridad que han demostrado tener todos los antequeranos y, en especial, los dueños de los comercios, quienes se han volcado con la historia y no han dudan en echar unas monedas de vez en cuando e invitar a la gente a colaborar.
La próxima semana se volverán a encontrar, y quizás con un nuevo donativo bajo el brazo. Para Adela no se trata de una enferma a la que está ayudando por pena, sino de un miembro más de su familia con un problema al que trata de poner solución. Por eso insiste en que no quiere ser vista como una heroína, sino como una mujer que hace esto “como lo haría una madre por su hija”, dijo con lágrimas ya en los ojos.
Sin embargo, toda la movilización que ha llevado a cabo y la manera de volcarse por una mujer a la que nunca había visto antes la convierten en una de las caras amables de la Navidad. Adela ha dedicado parte de su tiempo y de su dinero para que otra persona pueda vivir estas fiestas con la alegría que se merecen, y a su vez pueda llevar su enfermedad con toda la dignidad del mundo.