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El Real Valladolid supera con solvencia a un inoperante Zaragoza

Un triunfo que deja al conjunto vallisoletano con 28 puntos y que le acerca aún más a su objetivo de la permanencia cuando acaba de comenzar la segunda vuelta del campeonato

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El Real Valladolid ha derrotado (2-0), merced a su recia defensa, claridad de ideas en ataque y goles de Javi Guerra y Oscar, a un Real Zaragoza falto de movilidad y fluidez en ataque.

Un triunfo que deja al conjunto vallisoletano con 28 puntos y que le acerca aún más a su objetivo de la permanencia cuando acaba de comenzar la segunda vuelta del campeonato. El Real Zaragoza, por su parte, sigue con 22.

El encuentro comenzó con el Real Valladolid, que había modificado su esquema a un 4-1-4-1, sobando el esférico y percutiendo sobre todo por el costado izquierdo. Así, una falta centrada con picardía por Ebert y pillando por sorpresa a los jugadores del Real Zaragoza encontró a Javi Guerra en el corazón del área, aunque su testarazo fue repelido por la madera ante la estatua de Roberto.


El Real Zaragoza juntaba demasiado el centro del campo con su defensa y esperaba al cuadro local por encima de la medular, donde intentaba achicar con intensidad. No obstante, el Real Valladolid tocaba en ocasiones con viveza y, cuando salvaba "el campo de minas", era capaz de cazar la espalda de la retaguardia.

De este modo Omar provocó un córner que centró Ebert al segundo palo y con una rosca endiablada. Allí halló a Óscar quien cedió al centro del área, donde Javi Guerra batió a placer a Roberto para poner el 1-0 a los doce minutos de partido.

Un tanto que indujo mayores arrestos por parte del Real Zaragoza, más atinado en la elaboración y que encontró en un balón colgado a la frontal por Apoño su primera oportunidad. Helder Postiga no acertó el remate.

Entretanto, el Real Valladolid se agazapaba cada vez más aunque se veía capacitado para apuntillar a su adversario con la velocidad de sus extremos al contragolpe. Sin embargo, en un balón profundo dirigido al alemán Ebert, éste se lesionó y hubo de pedir el cambio. Le suplió el sueco Larsson.

Algo parecido le ocurrió al Zaragoza, aunque en doble ocasión y en los diez minutos siguientes. Se lesionaron Apoño y Loovens, quienes fueron sustituidos por Tarsi y Lanzaro. Incidencias que trabaron el ritmo del partido, aunque el Zaragoza seguía portando la manija.

Dominio estéril ante un Real Valladolid bien armado, un tanto dubitativo en los despejes y que fue recuperando presencia en campo contrario a medida que se acercaba el tiempo de asueto. Larsson y Guerra tiraban profundos desmarques que producían verdaderos quebraderos de cabeza a la defensa maña, bastante adelantada y jugando siempre al límite del fuera de juego.

En la reanudación, el Zaragoza saltó al terreno de juego con más brío y embotelló a los blanquivioleta en su campo, quienes se encomendaban a su hipotética pegada al contragolpe.

La escuadra maña dominaba el esférico, pero no tenía fluidez y adolecía un juego estático asequible de defender por la defensa del equipo vallisoletano, que con el paso de los minutos fue alargando sus posesiones y a macerar sus ataques.

Fue anulando al Real Zaragoza y en una preciosa transición estableció el 2-0 en el minuto 74. Una buena pared acabó con el lateral Peña ganando la línea de fondo y cediendo atrás, al punto de penalti, donde Óscar apareció para colocar el esférico a la derecha de Roberto, donde le era imposible llegar.

Zarpazo que hizo bastante daño al Real Zaragoza, ya que fue incapaz de taponar la sangría. A renglón seguido, Larsson recogió un excelso pase de Óscar en profundidad y se encontró solo con Roberto en el uno para uno, aunque el cancerbero visitante aguantó bien y evitó que el disparo del sueco acabase en el fondo de las mallas.

El partido se había quebrado y el Real Valladolid seguía acumulando ocasiones. La siguiente fue para Óscar, quien se internó en el área y estrelló su disparo en el muslo de Roberto a falta de seis minutos para la conclusión del partido.

El Zaragoza estaba "grogui" y el Real Valladolid sereno y firme. De este modo, no pasó apuros para mantener el resultado hasta que Del Cerro Grande decretó el final de un encuentro pasado por agua dada la persistente lluvia.

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