El catedrático de Historia Moderna de la Universidad de Cádiz y miembro de la Academia de Europa, Manuel Bustos Rodríguez, ha tenido a su cargo en la noche de este jueves, la primera conferencia dentro del programa de actos conmemorativo del 75 aniversario fundacional de la hermandad de los Afligidos (Estudiantes).
Como mostró el conferenciante en su presentación, la conferencia no ha sido un "canto laudatorio", sino que ha primado el momento actual de la Iglesia, del que ha dicho que "no es un momento fácil", resaltando la falta de vocaciones, y la apostasía generalizada. "Circunstancias a veces difíciles. Son datos que deben de preocuparnos, lo que ha pasado en estos 50 años postconcilio, en una época de cambio y mutación sin precedentes de la sociedad". Un cambio que el conferenciante definió como "profundo y brusco".
Bustos resaltó la importancia de la constitución pastoral Gaudium et Espes del Concilio Vaticano II. De este concilio promovido por el hoy santo Juan XXII, el ponente resaltó que "en el Vaticano II no hay condenas", y añadió la solidaridad con el ser humano, llamada a la colaboración y al ecuménismo, la preocupación por la justicia, la opción preferencial por los pobres y la unión con los cristianos, como lo más destacado de un Concilio Vaticano II "en el que la Iglesia se remanga y baja al tajo", manifestó el conferenciante.
No faltaron las aluciones a los años 60, donde aparte de la mutación antropológica, el catedrático de la UCA destacó el gran optimismo de la sociedad, el nacimiento del movimiento hippie y el amor libre, el influjo del marxismo o la aparición de líderes como Gandhi o el Ché Guevara. Tampoco faltó la alusión al filósofo francés Jean Guitton, y su denuncia sobre el silencio sobre lo esencial del Concilio Vaticano II.
Manuel Bustos defendió las virtudes del cristiano frente a la mundano, al tiempo que resaltó que "la espiritualidad quedó en un segundo plano, frente al compromiso asistencial", tras el Vaticano II.
Un esfuerzo redoblado por resituar al hombre
"Si el pecado desaparece, no tiene sentido el sacrificio de Cristo en la cruz", manifestó el ponente, que también habló de "una Iglesia que intenta estar al servicio del hombre, pero debilitada". "Hemos vivido en una crisis profunda de autoridad. La Iglesia tiene que hacer un esfuerzo redoblado por resituar al hombre, intentar enderezar la humanidad", señaló.
En su exposición, Manuel Bustos habló de la tradición como "uno de los elementos olvidados de la fe católica". Y no faltaron tampoco alusiones al relativismo y a cómo la cultura laicista ve la iglesia como un enemigo, haciendo ver que la doctrina cristiana es contraria a la felicidad del hombre", en un laicismo que avanza lento, pero en el que se nota la agresividad contra la Iglesia, como destacó el ponente.
En contraposición a este laicismo, el conferenciante manifestó que "se va fortaleciendo la conciencia de los católicos en tiempos difíciles y asistimos también un crecimiento apostólico", haciendo alusión al movimiento neocatecumenal.
Bustos Rodríguez apeló a ser "mejores cristianos a nivel personal y colectivos", y ofreció tres pistas que deben ser pilares fundamentales para la Iglesia, como la necesidad de formación, la evitación de las tentaciones de la Iglesia, la reorientación de los centros de enseñanza religiosa y la vida del católico como ejemplo.
Se refirió a la necesidad de formación y a revivificar el catecismo de la Iglesia Católica, al mismo tiempo que ésta, debe evitar sus tentaciones, sobre todo a la hora de convertirse en una ONG, porque "el hombre necesita además de la palabra de salvación", Claro que destacó que como ONG. "va a ser más tolerada", y como segunda tentación, animó a "no ceder a lo mundano", y tener una visión a largo plazo. "Ninguna cultura humana es definitiva", sentenció.
En el final de su exposición apeló a una presencia de los laicos en la vida pública, a la necesidad de formación y a la coherencia de vida.
Nueva conferencia el martes
El próximo martes, a las 21,00 horas, habrá una nueva conferencia del ciclo bajo el título de “Un formidable instrumento de formación: el Catecismo de la Iglesia Católica”, a cargo de Rafael Sánchez Saus, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Cádiz.